25 dic 2023

El invierno guanche

Pico del Teide nevado Solsticio de Invierno de 2023. Foto: Isidro Felipe Acosta.

IẒUṚAN/Rumén Sosa. Las fuentes documentales son claras e insistentes en que la población amazigh isleña no sólo poseía amplios conocimientos sobre astronomía, sino que estos fueron fundamentales en sus creencias religiosas. Los estudios arque-astronómicos y etnográficos no hacen sino corroborar este hecho. En opinión de José Barrios, el valioso conocimiento de los ciclos astrales “debió constituir uno de los aspectos más profundos del sistema de creencias de los sacerdotes canarios y guanches”. 

En efecto, sabemos que algunas efemérides eran especialmente observadas y celebradas como el Solsticio de Verano o la temporada para la siembra y la siega. Esto nos permite inferir que, a pesar de que las fuentes escritas europeas no profundizan en este conocimiento, nuestros ancestros tras siglos de observación debieron controlar de manera detallada los cambios de estaciones.

Este hecho no debe resultar sorprendente si analizamos el contexto histórico de estas poblaciones que debieron adaptarse y sobrevivir en unas islas aisladas e incomunicadas durante más de un milenio. Sin comercio con el exterior ni materias primas complejas, la dependencia de los elementos atmosféricos era total lo que hacía imprescindible un conocimiento profundo de los ciclos y estaciones del año. Para garantizar la supervivencia era necesaria una organización social que gestionara adecuadamente la producción ganadera, agrícola y la explotación de de recursos disponibles. 

Antiguos sacerdotes canarios (fayzages). Foto: Juan Manuel Caballero.

"El conocimiento de los ciclos astrales fue uno de los aspectos más profundos del sistema de creencias de los sacerdotes canarios y guanches."


 Las puertas del año y el invierno en el continente 

El invierno (tagrest) comienza con el Solsticio de Invierno (21 al 23 de diciembre) y finaliza con el Equinoccio de Primavera (21 de marzo). En el Solsticio, el Sol (tafukt) sale por su posición más al sur en el este recorriendo su arco más bajo y corto en el cielo, poniéndose al atardecer en su posición más al sur en el oeste. Estas tres noches son las más largas del año, acortándose estas y alargándose los días progresivamente hasta el Solsticio de Verano en el mes de junio. 

Este fenómeno astral fue observado desde tiempos prehistóricos por múltiples pueblos, siendo sincretizado por la religión cristiana con la actual Navidad. Los antiguos amazighes también observaron este cambio de ciclo como pone de manifiesto la propia etnografía continental. La noción de las Puertas del Año (Tibbura n useggwas) para denominar a los solsticios y equinoccios del año está bien documentada entre los amazighes cabilios (Servier,1985). En el Norte de África el mes de Yennayer (enero) es un momento difícil ya que las las provisiones se agotan y la naturaleza apenas produce alimento. 

Con el objetivo de evitar las hambrunas, los amazighes afrontaron la situación también a través de rituales transmitidos de generación en generación. Así lo documentaron etnógrafos en la primera mitad del siglo pasado. En general, se trataría de comidas copiosas de buen augurio y felices deseos para el año entrante. También, muchos ritos buscan renovar alianzas sacrificando aves de corral engordadas y comiendo queques o bizcochones preparados para la ocasión. Incluso es el momento elegido para que el padre corte el pelo al hijo recién nacido. 

 El invierno en la Canarias amazigh 

Escorrentía en un barranco majorero tras unas fuertes lluvias invernales. Foto: J.F. Olivares.

"El invierno traía la vida, pero también podía suponer la muerte" 

El Invierno propicia las ansiadas lluvias y temporales que regarían los campos de cebada (temosen) o trigo (yrichen), llenaría las fuentes (alen) y depósitos de agua (guácimo). Estas aguas (ahamen) benefactoras reverdecerían los campos con sus pastos tan necesarios para los animales. El invierno traía la vida, pero también podía suponer la muerte. 

Para los antiguos canarios, el Solsticio de Invierno debió ser una fecha especial concebida como una puerta que abría a una nueva estación plagada de incertidumbres. Era un periodo delicado pues la llegada del frío intenso vendría asociado a enfermedades que afectaría tantos a las personas más vulnerables como a los animales. Además, podía darse el caso de destrozos así como la escasez de alimentos más habituales en verano como los frutales y granos. En el peor de los casos, un invierno seco con escasas lluvias podía provocar graves hambrunas. 

En pleno proceso de crecimiento y desarrollo de los cultivos se reducían drasticamente las fuentes de alimento. La población debía sustentarse con las reservas de grano que podían transformar en tafeña o en gofio, así como con los productos derivados del ganado gracias a la abundancia de pastos como la leche (aho), manteca (oche, amolan) o, de manera puntual, de carne de cabra y oveja (teguevite). Gran parte de la población se mudaría desde las zonas más altas a las costas con sus ganados para aprovechar los pastos nuevos y huir del intenso frío y humedad de las zonas más montañosas. Esta mudada permitiría también complementar la dieta con productos marinos (marisco, lapas, pescado fresco y salado). En años ruines con escasez de gofio de grano habría que recurrir a otras especies silvestres como el helecho para consumir sus raíces o el amagante, entre otros. Todo ello, requiere de un trabajo cotidiano organizado que permita la gestión y distribución adecuada del alimento. 

Cabra (axa). IẒUṚAN.

Pero ¿la antigua población amazigh del país celebró o afrontó con ritos el Solsticio de Invierno? No tenemos constancia documental de ello y sin embargo creemos que sí existieron. La pervivencia en el Continente de varios ritos ligados al Yennayer -festividad tradicional norteafricana que tiene su génesis en el Solsticio de Invierno- no hacen sino apuntar a la posibilidad de que estos eventos tuvieron lugar. El hecho de no haber sido documentados se pudo deber a que estos ritos y celebraciones pasaron inadvertidas al desarrollarse en el ámbito doméstico y privado a diferencia de los eventos multitudinarios en tiempos de abundancia como el del Solsticio de Verano y el Beñesmer.

"La celebración del Solsticio de Invierno pudo pasar inadvertida al celebrarse en el ámbito doméstico y privado"

Cocinando lapas en un gánigo sobre los teniques en Titerogaka. Foto: Ramón Guadarfía.

El invierno en lengua amazigh 

Si bien no conocemos referencias explícitas a la denominación guanche a la estación invernal, sí se encuentra bien documentado el término en los dialectos amazighes modernos: Tagerst, tagrest o tajrest (plu. tigersin o tyəgrəsən). La raíz G-R-S remite al verbo gres ‘Helar, estar helado, congelado’ o ‘estar muy frío (el tiempo)’ del que se derivan vocablos como agris o ajris ‘hielo, helado’, ‘frío glacial’, amesgeres ‘viento del este fresco y seco que golpea el Azawagh en invierno’ o amssegers ‘invernante, que permanece en el pueblo durante la trashumancia de invierno; guardián de los silos durante el invierno’. 

'Invierno' en las variedades dialectales del amazigh actual. IẒUṚAN.

Sin embargo, una niña guanche puede ser la clave para documentar este término en el amazigh hablado en Canarias. Attagares fue una inocente criatura que, con tan sólo cinco añitos, fue secuestrada, esclavizada y vendida en Valencia en 1494 [ARV, BG, 194, fol. 144 > Cortés 1955: 512-513]. Su nombre propio nos puede estar revelando siglos después la vigencia de este término en Canarias. En efecto, la raíz G-R-S parece clara en el antropónimo, así lo señaló ya el especialista Reyes García que lo traduce como hata-tagarest ‘he aquí la helada’. 


En memoria de Attagares, víctima de la infame esclavitud, va este humilde artículo.


PARA SABER MÁS:

Barrios García, J. (1986). Sistemas de numeración y calendarios de las poblaciones bereberes de Gran Canaria y Tenerife en los siglos XVI-XV.

Naït-Zerrad, K. (1998). Dictionnaire des Racines Berbères. (Formes Attestées)

Reyes García, I. (2011). Diccionario Ínsuloamaziq. 

Servier, J. (1985). Tradition et Civilisation Berbères. Les portes de l'année. 


23 nov 2023

La Gomera ¿de dónde viene?


Rumén Sosa. La Gomera es la tercera isla más pequeña de Canarias y destaca por su territorio abarrancado y bellezas naturales. Es por ello que en el corazón de la isla se encuentra el Parque Nacional de Garajonay que en 1986 fue declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, reconocimiento que finalmente se extendió a la isla en su totalidad que fue declarada Reserva de La Biosfera en 2012. Los gomeros son considerados una de las poblaciones insulares con mayor ascendencia biológica amazigh, atesorando una herencia cultural significativa (toponimia, léxico, lenguaje silbado, salto del pastor, gastronomía, folclore…). 

 De Gomera a La Gomera. 

 El nombre de la isla es considerado indígena tanto por su morfología como por la antigüedad del mismo. Por otro lado, ya los propios cronistas más destacados adjudicaron a los propios africanos de la isla esta denominación. Con todo, no han faltado teorías para intentar explicar el nesónimo desde una perspectiva hispanohablante como la imaginaria ascendencia bíblica de “Gomer” según Viana, o la supuesta gran producción de “goma” de los almácigos de la isla según Frutuoso. El nombre de la isla se constata desde una gran antigüedad sin conocerse otra denominación (más allá de las posibles romanas). Este aparece desde el siglo XIV en los mapas de navegación. 

Muchos días procuré saber delos más antiguos naturales desta isla el nombre que tenía antes que a ella viniera el capitán Juan de Betancor, por saber quién le hubiese impuesto este nombre de Gomera; y nunca lo pude alcanzar, ni entender jamás haber tenido otro nombre, si no es Gomera, desde que a ella vinieron los africanos, que debió de ser quien se lo dió”

                                                                                                                          (Abreu Galindo: 1977 [1590]:73)

 

¿Qué significa Gomera? 

Parque Nacional de Garajonay, corazón de la isla Gomera con el Teide en el horizonte.

Las teorías etimologías existentes sobre la denominación continental son eminentemente dos; la que hace referencia al adjetivo plural [gʷmeren] relacionado con su modo de vida cazador, recolector y pescador y, por último, la metátesis del sustantivo amazigh amghar ‘jefe, líder’ que por extensión habría dado ghmāra (Vignez-Zunz, 1995; Camps y Vignez-Zunz, 1998). Esta última llama la atención para el caso insular si nos atenemos al dato que recogió Gaspar Frutuoso a fines del siglo XVI. El cronista portugués señala que el nombre de la isla provenía de un antiguo rey llamado ‘Gomeiro’ o ‘Gomauro’: 

[…] estes se chamam Gomeiros, como a ilha Gomeira, de um rei chamado Gomeiro ou Gomauro” 

                                                                                                                          [Frutuoso (1590, IX) 1966: 74].


La existencia del topónimo castellano de Valle Gran Rey ¿puede hacer referencia a la existencia de un antiguo jefe o líder de la isla? La vinculación de la población gomera insular con la continental podría ser la razón del topónimo (Glas, Vycichl, Marcy, Tejera Gaspar), este rey mítico podría haberlo sido del conjunto de antiguos gomeros continentales antes de su llegada a la isla (Reyes García). Con todo, no es menos cierto que aún no contamos con pruebas sólidas de la vinculación de gomeros continentales e insulares. 

Los gomeros continentales 

El Rif (Norte de Marruecos) se divide en un territorio occidental árabe-parlante y una oriental amazigh-hablante. En la zona central se encuentra la región de Ghomara que conserva una variedad amazigh específica.

Ya en el siglo XVIII, el comerciante George Glas señaló el paralelismo entre la tribu africana de Gumeri (sin especificar más) y la isla de La Gomera. Otros autores siguieron señalando este llamativo paralelismo y en la actualidad es la teoría más aceptada por los investigadores (Tejera Gaspar et alii 2006: 99-101). Pero ¿de qué tribu africana se trata? 

Los Ghomara son una confederación tribal que se encuentra en una pequeña región costera del Rif, en el norte del actual Marruecos. Con esta población también se ha vinculado el Peñón de Vélez de La Gomera, minúsculo roque ubicado en la costa rifeña en el que se encuentra una base militar que aún pertenece al Reino de España. Aunque sabemos que su origen es amazigh, esta confederación tribal es hoy mayoritariamente arabo-parlante. Sólo una minoría sigue hablando el dialecto ghomara, calculándose en unas 10.000 personas. 

Peñón Vélez de La Gomera en la costa de la región de Gomera continental, Rif (norte de Marruecos). En la actualidad sigue bajo dominio español. Foto: Soufiane Ekadaoui.

El territorio que actualmente ocupan los Ghomara (país Ghomara o región Ghomara) se extiende desde la costa mediterránea hacia las montañas al noroeste de la ciudad de Chaouen, en la parte central y occidental del Rif. No obstante, las fronteras del etnónimo no están claramente delimitadas. La región es montañosa y presenta una gran pluviosidad que produce una gran extensión de pastos y bosques así como árboles frutales entre los que destaca las higueras. Dispersos en pequeños pueblos, viven de una economía mixta que combina actividades agrícolas (incluido el cultivo de cáñamo) y ganadería con la pesca artesanal.

Aunque conocer sus orígenes es difícil, lo que parece seguro es que los ghomaras fueron parte de los imazighen masmudas, procedentes de territorios más al sur. En la Edad Media, se trató de una confederación tribal que alcanzó gran relevancia y el territorio Ghomara fue mucho mayor que en la actualidad. En las últimas décadas, con las mejoras de las comunicaciones está habiendo una mayor movilidad y emigración de estas poblaciones que mantenían cierto aislamiento. 

La región de Jebala, donde se encuentra el país Ghomara, es montañosa y presenta una gran pluviosidad con grandes pastos y bosques. Presa en Tawnat (región de Jebala). Foto: Hanine Fatouma.

Conclusiones 

La Gomera es de las pocas islas que conservó su denominación amazigh, tanto para el territorio como para sus habitantes. Del mismo modo que pudo pasar con los canarios y ahoares, es una posibilidad factible que los gomeros insulares formaran parte en su origen de un grupo tribal amazigh continental. Aunque los gomeros continentales se extendieron por el actual noroeste de Marruecos (la Jebala actual, en el Rif), según su tradición procederían de una región más al sur que pudo haber sido la cuna de los gomeros isleños. Otra posibilidad es que el nombre se ideara ya en la propia isla cuando la población amazigh llegó a ella, ya fuera un personaje renombrado como un antiguo jefe o ‘rey’, como por alguna característica de la población o la isla. 

Para saber más:





 

26 oct 2023

'Canariedades' incluye un capítulo sobre la lengua amazigh

Silvia C. Zelaya, Roberto Gil y Paula Fernández. Foto Nany Vega.

IẒUṚAN. La obra 'Canariedades. Textos para pensar una Canarias Otra' recopila una serie de artículos de una nueva generación de intelectuales canarios y canarias que invitan a reflexionar sobre la identidad canaria. Este trabajo es el "resultado de un esfuerzo compartido por pensar Canarias desde su pluralidad". Entre las autores destacan sus editores/as el Doctor en Filosofía Roberto Gil Hernández, la Doctora en Literatura y Estudios Culturales Hispánicos Paula Fernández Hernández y la argentina canaria Doctora en Antropología Social Silvia C. Zelaya Álvarez.  

Esta obra, editada por la Fundación Tamaimos y revisada por el lingüísta Jose Miguel Perera (www.bienmesabe.org), aborda aspectos genéricos de la canariedad como la literatura, la historia, el dialecto canario o la antropología. Además, incluye un capítulo sobre la lengua amazigh y su relación con la Canariedad del Doctor en Historia e impulsor de IẒUṚAN, Rumén Sosa Martín. El artículo, que lleva como título 'Canariedad y lengua amazigh. Genocidio lingüístico y consideraciones en torno a la revitalización para la re-construcción identitaria', explica la relación entre la lengua amazigh y Canarias para culminar reflexionando sobre su rol en la construcción de la Canariedad, así como su posible proyección futura. En sus propias palabras "(...) el desarrollo del amazigh como lengua cultural en la música, el teatro, el cine o la literatura consumaría un efectivo vínculo cultural con África más allá del usual planteamiento economicista".

4 oct 2023

VÍCTOR PERERA: "La toponimia nos permite conocer la evolución territorial de Gran Canaria"

Rumén Sosa. Nombres de lugar ancestrales como Artebirgua, Facaracás, Tajanicubidagua o Ayatirma vuelven a la vida tras más de una decada de investigación. El artenarense Víctor Perera Mendoza recibió el Premio de Investigación Chil y Naranjo de El Museo Canario por su trabajo sobre los términos amazighes del noroeste de Gran Canaria. Licenciado en Derecho por la ULPGC, Perera Mendoza ha publicado en IẒUṚAN, Bienmesabe, colaboró con la revista digital Mundo Guanche (2006) y con el Diccionario ínsuloamaziq (de Ignacio Reyes García, 2011). 

Proximamente presentará en el Museo Canario su primer trabajo monográfico Términos nativos del noroeste de Gran Canaria en el que rastrea a través de las fuentes documentales y la tradición oral la topinimia antigua de los municipios de Artenara, Agaete, partes de Tejeda y La Aldea. Su objetivo es seguir investigando el resto de la toponimia amazigh de Gran Canaria, un trabajo que no sólo aportará un conocimiento histórico de interés, sino que contribuirá a revalorizar un patrimonio lingüístico clave de la cultura amazigh de Canarias. Le agradecemos a Víctor Perera la amabilidad de responder a nuestras preguntas.

Rumén Sosa. ¿Qué supuso para usted la obtención del Premio Chil y Naranjo del Museo Canario? 

Víctor Perera. En primer lugar, una total sorpresa pues es difícil pensar que tu trabajo sea valorado de esa manera en concurrencia con otros trabajos de buena calidad y, por tanto, un honor. En segundo lugar, supone un estímulo para seguir investigando esta área de conocimiento. 

R.S. ¿Por qué y desde cuándo se interesó en investigar la toponimia amazig del noroeste de Gran Canaria? 

V.P. Desde niño estuve interesado en conocer el pasado de las islas y, en particular, de Artenara, donde contemplaba los impresionantes paisajes del centro de la Isla. Una de las dudas que me rondaba era la del origen de algunos nombres peculiares de la zona y, por otra parte, me intrigaba si era posible rescatar toponimia nativa a través de las fuentes existentes. Así, aunque a lo largo del tiempo había me había nutrido de fuentes orales, a partir de 2014 empiezo a acudir al Archivo Histórico Provincial de Las Palmas en busca de fuentes escritas antiguas que completaran los vacíos que la oralidad no podía cubrir. 


R.S. ¿En qué nos puede ayudar conocer los antiguos términos de la isla? ¿coinciden con la actual distribución de los municipios? 

V.P. Por una parte, nos permite conocer mejor la evolución administrativa-territorial de Gran Canaria y, por otra, nos da un marco de referencia desde el que poder afrontar de forma más eficiente, por ejemplo, una hipotética aparición de nueva información referente a la organización territorial nativa de la Isla. Los términos territoriales nativos, sufrieron un destino dispar. Una buena parte de ellos se acabarían convirtiendo en los municipios del presente, algunos quedaron relegados a pequeñas localidades o microtopónimos y, otros, simplemente, dejaron de usarse. 

R.S.  Aún Gran Canaria conserva bastante toponimia amazigh como el resto de las islas del país ¿encuentra diferencias con otras islas? 

V.P. En mi opinión, la toponimia mayor (nombres de territorios o localidades) está bien conservada en Gran Canaria y como dijimos, buena parte de ella da nombre a los actuales municipios de la Isla. Sin embargo, la toponimia menor (nombres de barrancos, laderas, montañas, etc.) fue la gran damnificada tras la colonización y no es tan frecuente como en otras islas del archipiélago canario. 

"La toponimia mayor está bien conservada en Gran Canaria, sin embargo la toponimia menor fue la gran damnificada tras la colonización."

R.S. Llama la atención que espacios tan importantes como La Isleta, Maspalomas, La Aldea o Sardina no conozcamos su antigua denominación ¿cómo es posible? 

V.P. A mi juicio podría deberse a varios factores que confluyen, como el conocimiento práctico del terreno que desde el ámbito europeo ya tenían de la Isla como resultado de las diferentes arribadas (de índole variada) que se produjeron desde, al menos, el siglo XIV; y la rápida adaptación de la población nativa a las nuevas pautas culturales impuestas, como forma de preservar el estatus, tratar de salvaguardar su seguridad, y reducir la desconfianza de los colonizadores tras una larga guerra de conquista, todo ello, allanado por la penetración sutil de las nociones cristianas en la sociedad nativa tras los recurrentes intentos evangelizadores previos a la conquista castellana. 

R.S. En base al estudio de la toponimia grancanaria ¿podemos hacernos una idea de la castellanización y posterior desaparición de la lengua canaria? 

V.P. No soy lingüista ni filólogo pero quizá la observación de las diferentes formas escritas que presentan los topónimos nativos desde el siglo XVI hasta la actualidad puedan permitir indagar en ese campo. 




R.S. El único nombre conocida de la isla desde la antigüedad es Canaria y Gran Canaria y de sus población amazigh 'canarios'. En base a tus pesquisas en las fuentes documentales ¿cree que es un nombre exclusivamente exógeno o existe la posibilidad que se base en una denominación nativa? 

V.P. Más allá de las referencias historiográficas clásicas, en la documentación protocolaria no hemos encontrado ninguna referencia que permita dirimir este asunto, ni en un sentido ni en otro. Es amplio el uso de la denominación "canario/a" en los documentos notariales para referirse a personas, lugares, estructuras o elementos de raigambre indígena pero esto no resuelve la cuestión planteada, que está totalmente abierta. 

R.S. Las fuentes nos hablan que la isla fue unificada por Attidamana y Gumidafe que eran de unas cuevas llamadas Facaracas que fueron confundidas con las del Patronato en Gáldar ¿dónde se encuentra exactamente Facaracas? 

V.P. Según la documentación consultada, el topónimo Facaracás, hoy desaparecido, hacía referencia a una demarcación nativa situada en su mayor parte en las medianías del actual municipio de Gáldar que abarcaría, entre otros, los actuales parajes de Barranco Hondo de Arriba, Barranco Hondo de Abajo, Juncalillo, Vega de Palominos o el Cortijo de Pavón. 

"Es amplio el uso de 'canario/a' en los documentos notariales para referirse a personas, lugares, estructuras o elementos de raigambre indígena."


R.S.Curiosamente, Fernando Guanarteme eligió poseer las tierras del conocido Redondo de Guayedra ¿por qué cree que fue elegido? ¿se le puede considerar una especie de "reserva canaria" de la época? 

V.P. Que algunas fuentes historiográficas atribuyan a este personaje el nombre alternativo de Guayedra podría dar a entender una especial vinculación - (familiar o de otro tipo) con este territorio nativo. La consideración de Guayedra como una "reserva" es la tesis que defiende Moreno Santana (2014) pero en esta investigación, sin perjuicio de esta tesis, se pone el foco en la determinación de los linderos de este territorio, como en el caso del resto de demarcaciones indígenas. 

Ahora bien, comparada con la situación del resto de territorios nativos que fueron repartidos entre diversos propietarios, es llamativo que el territorio de Guayedra fuera otorgado a un único propietario, de un papel tan destacado, como Fernando Guanarteme. Es, sin duda, una singularidad muy destacable en el contexto insular. 

R.S. Tirma fue probablemente el territorio más sagrado para los antiguos canarios. Algunos autores han propuesto que debió estar ubicada en el Risco de Faneque ¿el santuario correspondió con la actual montaña de Tirma? 

 V.P. La historiografía oscila entre la consideración del territorio en sí mismo como "santuario" y la existencia de un lugar concreto o una construcción dedicada al culto o relacionada con las personas vinculadas al culto. En la documentación consultada no aparece ningún lugar concreto que encaje, sin más, con estas informaciones aunque cabe señalar la presencia de "almogarenes" en la demarcación de Tirma, así como la existencia de un extraño microtopónimo, "Las Carnicerías de Canaria", ya desaparecido. Quien sabe si algún día la arqueología encuentre alguna estructura en la zona que por sus características pueda relacionarse con los datos historiográficos. 

R.S. ¿Cree que es posible recuperar algunas denominaciones perdidas como Facarcas, Artebirgua o Ayatirma? 

 V.P. Entiendo que sería positivo que la población conozca estas denominaciones pues, al fin y al cabo, forman parte de su historia y los conecta con una parte de su identidad que lleva relacionándose con el territorio desde hace más de un milenio. El uso que quieran hacer de estos nombres ya es cosa de cada cual. 

R.S. ¿Cuál es la mayor satisfacción que le ha brindado este trabajo de tantos años? 

 V.P. Aunque quedan muchas dudas por resolver, son varias las satisfacciones que me ha brindado, tener más claro en panorama territorial de la zona, el hecho de encontrar algún topónimo inédito o documentar mejor algún topónimo actual que, por el paso del tiempo, presentaba una apariencia extraña. Me cuesta poner a uno de estos aspectos por encima de los otros.
"Sería positivo que la población conozca estas denominaciones pues forman parte de su historia y los conecta con una parte de su identidad que lleva relacionándose con el territorio desde hace más de un milenio."

6 sept 2023

DOSSIER: El culto a la Virgen del Pino de Teror ¿tiene raigambre amazigh?

Foto: Juan Carlos Saavedra

IẒUṚAN. Desde hace siglos, la festividad religiosa de la Virgen del Pino de Teror es la más importante de la isla de Gran Canaria. Sin embargo, a diferencia de la Candelaria en la isla de Tenerife, el posible sincretismo religioso no está bien documentado. Si bien las fuentes etnohistóricas vinculan el origen del culto a la Virgen del Pino a los antiguos canarios, la falta de información y el tardío apogeo de este culto mantienen abierto el debate historiográfico. 

El culto a la Virgen del Pino también existe en otros lugares del país, destacando especialmente la de la localidad de El Paso en la isla de La Palma. Fuera del Archipiélago la encontramos en España en la localidad andaluza de Niebla y en la castellana de Vinuesa, así como en América aunque normalmente llevada por emigrantes canarios. 

 La leyenda 

La leyenda de la aparición de la Virgen en el Pino siempre estuvo envuelta en un halo de misterio y ligada a la oralidad a través de relatos no siempre unánimes. Groso modo, la tradición popular señala que en pleno proceso de conquista, el 8 de septiembre de 1481, se apareció de manera sobrenatural a unos pastores canarios la Virgen María en lo alto de un gigantesco pino ubicado en la zona de la actual Basílica de Teror. El Obispo Juan de Frías sería el primero de los conquistadores en tomar la imagen en sus manos y ordenar la construcción de una iglesia para que se le rindiera culto. Este pino canario (pinus canariensis) de grandes dimensiones contaría con una fuente de agua medicinal y milagrosa a sus pies, así como tres dragos plantados en sus ramas y una piedra con marcas de los pies de la propia virgen. Este lugar estaría ubicado en Terori, una zona especialmente frondosa de laurisilva rica en agua. Este espacio formaría parte de la antigua Selva de Doramas formada mayoritariamente por laurisilva canaria. 


"Nuestros padres nos han dicho que dirigidos por un resplandor maravilloso la encontraron en la eminencia de un Pino, rodeada de tres hermosos dragos, de cuyas ramas se formaba una especie de nicho; que una lápida muy tersa le servía de peana y que del tronco de aquel árbol nacía una fuente perenne de aguas medicinales

 Fernando Hernández Zumbado, Novena a Nuestra Señora (1782)



Sin embargo, a diferencia de la aparición de la Virgen de Candelaria, esta leyenda no se documenta hasta el siglo XVII: 

 "Prosiguiendo Pedro de Vera en el repartimiento llegó a un término llamado Terori, porque se nombraba así el Canario cuyo había sido, del cuál tomó el nombre aquel terreno suyo en el cual apacentaba sus ganados […]. Y para llegar a él en esta ocasión fue necesario que fuesen de aquellos Canarios guiados los españoles conquistadores […], habiéndoles antes los Canarios informado que en aquel sitio de Terori estaba un árbol muy alto y admirable que contenía en sí una rara maravilla, cuya noticia tenían de sus mayores y ancianos y había más de cien años que venía de unos en otros. Dijéronles que en aquel territorio había muchas fuentes […], pero que al pie del coposo árbol nacía una que lavándose con su agua sanaban de las enfermedades que padecían […], y que en los ramos de aquel árbol asistía tan continua una estrella muy resplandeciente y clara que ellos la tenían ya por vecina […]. 

 Anónimo de Diego Henríquez, c. (1640)


 Para el historiador Gustavo Trujillo Yánez, estas referencias al pasado indígena “parte del mito que se fue articulando en torno a la imagen, como forma de dotarla de una mayor legitimidad, equiparándola con otras advocaciones marianas y de manera muy especial con la Virgen de Candelaria de Tenerife”.

"la tradición afirma que durante la conquista apareció la Virgen María en un  pino en Teror. Al pie del pino habría una fuente de agua milagrosa, tres dragos plantados en sus ramas y una piedra con marcas de los pies." 

Más allá del mito ¿qué sabemos? 

 El Pino 

El protagonista fundamental de este culto es sin lugar a dudas el Pino de Teror y un hecho que parece seguro al juzgar por su tamaño es su existencia antes de la conquista de la isla. Según los cálculos de la época, el pino medía en torno a los 40 metros de altura y 2 metros de diámetro, pudiendo albergar en su copa tres dragos gemelos de algo más de 2 metros cada uno. El 3 de abril de 1684 el pino cayó a causa de un fuerte vendaval causando un gran impacto en la población del pago. 

 Los tres dragos 

Marín de Cubas señaló que estos tres dragos fueron plantados por los mismos canarios antiguos, dato que cuestionanlos historiadores contemporáneos. Tras la caída del Pino, dos dragos habrían caído y otro se secó. 

 Piedra con grabados podomorfos 

 Los tres dragos de la copa encerraban entre sus raíces una piedra con un grabado que la tradición adjudicó a las huellas de los pies de la Virgen. Tras la caída del pino, esta piedra se habría perdido y siempre se supuso que fue robada. Así lo explica Marín de Cubas a finales del siglo XVII: Los canarios dijeron que a ella vino un castellano color muy amarillo, y este sacó de Canaria la Imagen y era natural de S. Lucar de Barrameda”. 

 Fuente medicinal 

Ubicada a los pies del pino, sus aguas eran medicinales e incluso milagrosas. Tras la conquista, un cura cercó la fuente y comenzó a cobrar a los isleños por coger el agua. Según la tradición, por este hecho acabaría secándose. Marín de Cubas lo explica:

"… a el pie de este árbol… salían unos manantiales de agua que… la llebaban los canarios para dar a veber a sus enfermos… y verdaderamente sanaban. Los spañoles preguntaban la causa, i unos la negaban, i otros decían que allí havía luces de noche, i venido a estar en aquellas tierras de los dragos la madre de Dios, con dos luces encendidas, i otras veses que una estrella estaba muy ordinariamente en aquel citio; no se les daba crédito i llamábanlos de perros idólatras…."

                                                                                                                    Marín de Cubas 

"(...) la fuente se secó por cerrarla y cobrar a los enfermos que acudían a ella, posteriormente el pino caería en el año 1684"

Pino de Terore dibujado por Marín de Cubas en 1682 antes de su caída. Dibujo hallado por José R. Barrios García.

Talla 

 Los autores coinciden en que antes de la talla actual de la Virgen del Pino hubo una original denominada Santa María de Therore. Esta habría sido la que apareció en el pino y que hoy se encontraría en paradero desconocido. La imagen actual podría datar de 1535 y pudo haber sido traída por el vecino Juan Pérez de Villanueva, pero ¿qué sabemos de la talla original? 

El antiguo cronista de Teror, Vicente Hernández Jiménez, planteó ya en 2005 la llegada de la primera talla en tiempos anteriores a la conquista traída por misioneros franciscanos andaluces “para cautivar y sorprender a los aborígenes, excavara, en el tronco del árbol de las visiones celestiales, un nicho para la talla de Santa María”. La historiadora del arte María de Los Reyes Hernández, aunque reconoce la escasez de información, señaló en 2011 la hipótesis de que la talla de Santa María de Therore pueda estar hoy depositada en el Museo Diocesano de Arte Sacro de Las Palmas. Según la especialista, esta debió realizarse en la Baja Andalucía a mediados del siglo XV con una finalidad evangelizadora. La traída de esta talla por los franciscanos en época anterior a la conquista pudo ser una realidad puesto que en “la época bajomedieval, la Vírgen María se convierte en un elemento aglutinador que se vincula con la madre Naturaleza”. La historiadora nos recuerda que la llegada de misioneros franciscanos fue el paso previo a la conquista puesto que estos religioso preparaban el terreno yendo la expansión política unida a la religiosa. Así describe el contexto en el que pudo producirse el orígen de la leyenda y el culto mariano de Teror: 

En la zona boscosa del Teror de la época, los árboles eran un referencia para la población, y más ese grandioso pino considerado sagrado. Puede pensarse, por lo tanto, que los frailes franciscanos colocaron estratégicamente a Nuestra Señora en ese árbol tan especial. Los lumínicos fenómenos naturales como los rayos solares, de las estrellas o de la propia luna, tanto del amanecer, como en las horas vespertinas o nocturnas, pudieron llamar la atención de los habitantes de la zona, considerándolos sobrenaturales. Atraídos por estas circunstancias, en las que lo natural y lo milagroso se funden en el tiempo histórico, encontrarían esta pequeña imagen, o a otra similar, emplazada estratégicamente en lo alto del imponente pino, que contribuiría a popularizar la devoción a la Virgen María bajo la denominación del lugar en donde se apareció: Santa María de Therore".
"Los frailes franciscanos colocaron estratégicamente a Nuestra Señora en ese árbol tan especial"
 ¿Existe sincretismo? 



 El sincretismo religioso se refiere a la combinación de dos sistemas de creencias ya sea para conciliar doctrinas diferentes como para facilitar la imposición de una sobre otra. Por todo ello, entendemos que si el culto a la Virgen del Pino de Teror es un sincretismo debió de basarse en un culto anterior de los canarios, con el objetivo de facilitar la cristianización. Como se sabe, esta práctica de la iglesia fue común, especialmente en los territorios americanos conquistados por Castilla décadas después. 

 Los historiadores canarios del siglo XVII y XVIII como Tomás Marín de Cubas, Fray José de Sosa, Pedro Agustín del Castillo o José Viera y Clavijo, entre otros, consideraron que el culto al pino de Teror tiene su origen en los antiguos canarios. Aunque con matices, los autores más contemporáneos han mantenido generalmente la hipótesis del sincretismo considerando que el lugar del la milagrosa aparición fue un espacio sagrado o santuario indígena. No obstante, el historiador Gustavo Trujillo Yánez considera que no hubo ningún tipo de sincretismo. 

Trujillo explica que si bien el culto a la Virgen del Pino es muy antiguo no guarda relación alguna con los nativos canarios. En su trabajo La Virgen del Pino de Teror ¿una divinidad de los antiguos canarios?, incide en lo tardío del apogeo del culto a la Virgen del Pino y la falta de referencias claras y contemporáneas a la conquista. La distancia de un núcleo importante de población nativa y lejanía de los principales asentamientos evangelizadores sería otro obstáculo. Asímismo revisa los relatos de Marín de Cubas y Fray José de Sosa, por ejemplo sobre los dragos, recuerda tradiciones de pies de vírgenes grabados en rocas y otras advocaciones a la Vírgen del Pino existentes en España. Por todo ello, considera que la vinculación con la población nativa se trataría de un “mito articulado en torno a la imagen, como forma de dotarla de una mayor legitimidad, equiparándola con otras advocaciones marianas y de manera muy especial con la Virgen de Candelaria de Tenerife”. Para justificarlo, señala el interés de la clase dominante canaria del siglo XVII para legitimarse presentándose como “descendiente del noble conquistador como de un virtuoso aborigen”. 

En definitiva, el autor considera si bien no puede “afirmar nada de forma categórica”, un detenido análisis del contexto en que surgieron los primeros documentos sobre el origen de este culto permite “comprobar lo frágiles e inconsistentes que son los argumentos” que explican la raigambre indígena del culto. 

"Para Trujillo, no existió ningún sincretismo pues se trataría de un mito articulado en torno a la imagen, como forma de dotarla de una mayor legitimidad”

Por su parte, el matemático y especialista en calendarios de los antiguos canarios José R. Barrios García, sí considera la ubicación del viejo pino un santuario de los antiguos canarios. Para ello, se basa en aspectos etnográficos descritos en las fuentes y sus estudios sobre el culto astral de las antiguas poblaciones amaziges tanto continentales como insulares. Barrios se pregunta por qué el pago de Teror, una zona húmeda “con malos caminos, alejado de la ciudad, con una ermita medio en ruinas a la que no se le hace el más mínimo caso” se vuelve en pocos años el principal centro católico insular a pesar de la recién inaugurada catedral de Las Palmas. Evidentemente “los motivos tuvieron que ser muy importantes y de mucho peso”. 

Aunque reconoce que su explicación deberá ser matizada y corregida con la investigación futura, Barrios afirma que en Teror existía un culto a la estrella Canopo por parte de la población nativa de la isla. Este culto debió decaer por la conquista y la colonización inicial pero que pudo reactivarse a finales del siglos XVI. Para aseverar esta posible adoración se basa en las continuas indicaciones de las fuentes a una estrella relacionada con el pino y las fechas para su celebración que coinciden groso modo con el orto helíaco de canopo. Así lo explica José Barrios:  “...el Pino era un santuario de los antiguos canarios donde se celebraban fiestas canopiales a mediados de agosto. Tras la conquista el culto se mantiene latente. Hacia 1600, el culto se reactiva y los canarios vuelven a Teror por la reaparición de Canopo, ahora a finales de agosto. La Iglesia necesita controlar la situación e implanta la celebración de la Natividad de la Virgen, el 8 de septiembre, lo que no deja de tener bastante sentido: nace la estrella y nace la Virgen .” 

 Este culto a la estrella canopo formaría parte fundamental de las creencias animistas de la antigua población norteafricana y todo parece indicar que también de la isleña. Todo ello puede inferirse del estudio sobre el culto de la Virgen de Candelaria en Tenerife y La Gomera coincidiendo casualmente con las fechas más destacadas de este astro. 
 Para Barrios, el Pino era un santuario de los antiguos canarios donde se celebraban fiestas canopiales a mediados de agosto. 

 Conclusiones

Si bien la relación del culto a la Virgen de Candelaria con la antigua religiosidad animista guanche se encuentra bien documentado, en el caso de la Virgen del Pino de Teror carecemos de información temprana de los orígenes de este culto. Lo tardío en que se documenta las leyendas en torno a la aparición milagrosa de la virgen como su vínculo con los antiguos “canarios gentiles” hace razonable el cuestionamiento de un posible sincretismo. 

Con todo, no cabe duda que los elementos simbólicos de esta aparición parecen encajar formalmente con los bien documentados santuarios norteafricanos de origen preislámico. Estos suelen ser tumbas de santones en los que crece un árbol de grandes dimensiones y que se les adjudica propiedades curativas. A este hecho hace referencia precisamente Marín de Cubas. Las alusiones a luces y estrellas ligadas a este Pino de Las Maravillas también resultan sugerentes y encajan con las creencias animistas de la población amazig antigua. Todo ello hace congruente las hipótesis que consideran que este culto pudiera tener una raigambra autóctona. 

Lo que todos los expertos reconocen es en la antigüedad de la advocación mariana en el pago de Terore, documentada pocas décadas posterior a la conquista. Además, las diferencias con el popular culto a la Virgen de Candelaria no anulan automáticamente un posible sincretismo. No olvidemos que las circunstancias y modelos de conquista y de ritmos de colonización de ambas islas difieren. En cualquier caso, serán ustedes nuestros lectores los que podrán profundizar por sí mismos y elaborar su propia opinión. 

 REFERENCIAS





24 ago 2023

¿Por qué en IẒUṚAN no hablamos de genética?

Imagen publicada en el Canarias7 basada en la infografía que presentó el equipo investigador de ITER. Juan Manuel Mendoza.

IẒUṚAN. La pregunta es en pasado ya que en este artículo sí hablaremos de genética. Pero no como nos tienen acostumbrados a través de marcadores y porcentajes, sino desde la reflexión sobre las interpretaciones de sus resultados. Más allá del sensacionalismo mediático, abrimos el debate. 

Contexto ¿de dónde venimos?

Desde finales del siglo XIX los estudios raciológicos en la antropología canaria fueron abundantes. Como se sabe, esta pseudociencia tenía como piedra angular teórica la relación directa entre raza y cultura por lo que estudiar la “raza” sería determinante para conocer la cultura guanche. Así, los estudios etnográficos y de la tradición oral serían relegados frente a la medición de cráneos e interpretación de rasgos fenotípicos. La apariencia física sería la fuente científica incuestionable durante décadas para determinar las “pervivencias raciales guanches” en el pueblo canario. 

En un principio, el interés fue la búsqueda de eslabones perdidos de la raza aria, como los simpáticos cromañoides y mediterranoides que siempre leímos en nuestra juventud. Los resultados de aquellos estudios reconocían la procedencia africana de los antiguos isleños y su continuidad en la población contemporanea. En un principio, se les vinculó con Europa hasta que el franquismo optó por hacerlo con los vecinos territorios africanos que formaban parte de su imperio colonial como el Sáhara Occidental. Así, se habló de la pertenencia a un “mundo ibero-mauritano” o “íbero-sahariano”. 

René Verneau estudiando los cráneos canarios.La búsqueda de cráneos para los estudios raciológicos provocó una masiva profanación y expolio de los restos funerarios de la población amazigh del archipiélago.
Foto: Arqueología Extrema.

Tras el resurgir del nacionalismo canario de segunda ola, caracterizado por su africanismo guanchista, se produce la reacción negacionista del nacionalismo español. Ante un creciente número de canarios que se identificaban como guanches o sus herederos, el discurso conservador opta por un posicionamiento radicalmente extincionista que negaba cualquier pervivencia biológica y cultural indígena. El objetivo fue deslegitimar la identificación de la población canaria con sus ancestros africanos. Esto es lo que algunos autores han denominado las "narrativas terminales", interpretaciones que pretenden encasillar al “aborigen” en la vitrina extinta de la “prehistoria” minusvalorando cualquier pervivencia, una cultura museística que ahonde en la idea de un pasado muerto y desvinculado del presente. Siglos después, el fantasma del guanche recorría Canarias por lo que había que aniquilarlo.

"Ante un creciente número de canarios que se identifican como guanches, el discurso conservador optó por un extincionismo radical que negaba cualquier pervivencia".

 Genética ¿la nueva raciología? 

 En este contexto, se desarrollaría en nuestro siglo los estudios genéticos. Los resultados, que vienen a reiterar el carácter amazigh de los primeros canarios y su continuidad en la población actual, se envuelven en bailes porcentuales pretendidamente definitivos. Una vez más, se sigue poniendo el foco de nuevo en el hecho genético como si fuera determinante para explicar matemáticamente la identidad de un pueblo, un nuevo esencialismo revestido de ciencia. A nuestro juicio, el problema no radica en el propio hecho de que se realicen estos estudios que nos pueden ayudar a complementar el conocimiento con otras fuentes históricas. El asunto se complica con las interpretaciones y discursos identitarios mediáticos elaborados atropelladamente en base a porcentajes tan contingentes como cuestionables. Con todo, en este artículo no entraremos en esto último. 


 "Se sigue poniendo el foco en la genética para explicar matemáticamente la identidad de un pueblo"

Relato del mestizaje vacío y sus problemas 

Como la ascendencia castellana pura, inmaculada y castiza de los canarios es difícilmente defendible, se recurre a la construcción del discurso del mestizaje. Un relato que, a semejanza de América Latina, promueve el desarraigo de la población excluyendo la raigambre indígena como herencia común de la sociedad por motivos genéticos, otrora raciales. ¿Quiere decir esto que la población canaria no es mestiza? A lo que respondemos ¿es que acaso hoy hay pueblos no más o menos mesturados? Desde luego, no es fácil encontrar un pueblo hoy aislado biológicamente del resto de la humanidad. Es decir, no negamos el cruce biológico entre la antigua población amazigh, los colonos europeos y africanos llegados tras la conquista militar de Canarias, lo que cuestionamos es el discurso subyacente tras esta narrativa. 

Este relato es problemático para el pueblo canario pues idealiza la realidad histórica de un mestizaje que no fue armónico ni en libertad. Además, la tendencia es la exclusión de la continuidad originaria de este pueblo a la vez que impone el componente hispano y europeo como supremo referente. Entonces, ¿por qué al hispanismo o europeísmo no se le pide ADN y al guanchismo se le exige pureza genética? 

¿Por qué al hispanismo o europeísmo no se le pide ADN y al guanchismo se le exige pureza genética? 

 ¿Entonces?

 Desde nuestra perspectiva, la cultura amazigh en este archipiélago no sólo es un fósil arqueológico. La amazigidad persiste como un elemento inseparable de la canariedad siendo su raíz originaria, la que nos liga como pueblo milenario a este territorio. No somos un xaxo, los descendientes de guanches en Canarias existimos. No se trata de presumir de purezas genéticas, pero sí de una herencia cultural única a la que no tenemos por qué renunciar en nombre de un mestizaje indefinido que nos niega toda posibilidad de reparación y cultivo en libertad. 

 Ser herederos de la cultura amazigh isleña no es estar anclados en el siglo XV, no es figurar en el interior de una vitrina museística, no es cuestión de purezas inmaculadas, no es fetichismo material o biológico. El pueblo canario, como todos los pueblos, ha cambiado en estos últimos siglos y seguirá haciéndolo, pero nuestra identidad y cultura no dependerá de las medidas de un cráneo, el color de piel o los haplogrupos adjudicados a nacionalidades contemporaneas. Nuestra identidad dependerá de lo que somos y queramos ser. Por todo ello, en IẒUṚAN no hemos hablado de genética, hasta ahora. 

"No somos un xaxo, los descendientes de guanches en Canarias existimos. No se trata de presumir de purezas genéticas, pero sí de una herencia cultural única"


SI TE INTERESA ESTE ASUNTO PUEDES PROFUNDIZAR EN:

-Estévez González, Fernando. (1987). Indigenismo, raza y evolución. Pensamiento antropológico canario (1750 – 1900). 

 -Farrujia de la Rosa, A. José. (2007). Arqueología y franquismo en Canarias. Política, poblamiento e identidad (1939-1969). 

 -Gil Hernández, Roberto, Barreto Vargas, Carmen Marina. (2019). Los fantasmas de los guanches. Fantología en las crónicas de la conquista y la anticonquista de Canarias

-Pérez Flores, Larisa (2017). Islas, cuerpos y desplazamientos. Las Antillas, Canarias y la descolonización del conocimiento. (Tesis Doctoral)