25 dic 2023

El invierno guanche

Pico del Teide nevado Solsticio de Invierno de 2023. Foto: Isidro Felipe Acosta.

IẒUṚAN/Rumén Sosa. Las fuentes documentales son claras e insistentes en que la población amazigh isleña no sólo poseía amplios conocimientos sobre astronomía, sino que estos fueron fundamentales en sus creencias religiosas. Los estudios arque-astronómicos y etnográficos no hacen sino corroborar este hecho. En opinión de José Barrios, el valioso conocimiento de los ciclos astrales “debió constituir uno de los aspectos más profundos del sistema de creencias de los sacerdotes canarios y guanches”. 

En efecto, sabemos que algunas efemérides eran especialmente observadas y celebradas como el Solsticio de Verano o la temporada para la siembra y la siega. Esto nos permite inferir que, a pesar de que las fuentes escritas europeas no profundizan en este conocimiento, nuestros ancestros tras siglos de observación debieron controlar de manera detallada los cambios de estaciones.

Este hecho no debe resultar sorprendente si analizamos el contexto histórico de estas poblaciones que debieron adaptarse y sobrevivir en unas islas aisladas e incomunicadas durante más de un milenio. Sin comercio con el exterior ni materias primas complejas, la dependencia de los elementos atmosféricos era total lo que hacía imprescindible un conocimiento profundo de los ciclos y estaciones del año. Para garantizar la supervivencia era necesaria una organización social que gestionara adecuadamente la producción ganadera, agrícola y la explotación de de recursos disponibles. 

Antiguos sacerdotes canarios (fayzages). Foto: Juan Manuel Caballero.

"El conocimiento de los ciclos astrales fue uno de los aspectos más profundos del sistema de creencias de los sacerdotes canarios y guanches."


 Las puertas del año y el invierno en el continente 

El invierno (tagrest) comienza con el Solsticio de Invierno (21 al 23 de diciembre) y finaliza con el Equinoccio de Primavera (21 de marzo). En el Solsticio, el Sol (tafukt) sale por su posición más al sur en el este recorriendo su arco más bajo y corto en el cielo, poniéndose al atardecer en su posición más al sur en el oeste. Estas tres noches son las más largas del año, acortándose estas y alargándose los días progresivamente hasta el Solsticio de Verano en el mes de junio. 

Este fenómeno astral fue observado desde tiempos prehistóricos por múltiples pueblos, siendo sincretizado por la religión cristiana con la actual Navidad. Los antiguos amazighes también observaron este cambio de ciclo como pone de manifiesto la propia etnografía continental. La noción de las Puertas del Año (Tibbura n useggwas) para denominar a los solsticios y equinoccios del año está bien documentada entre los amazighes cabilios (Servier,1985). En el Norte de África el mes de Yennayer (enero) es un momento difícil ya que las las provisiones se agotan y la naturaleza apenas produce alimento. 

Con el objetivo de evitar las hambrunas, los amazighes afrontaron la situación también a través de rituales transmitidos de generación en generación. Así lo documentaron etnógrafos en la primera mitad del siglo pasado. En general, se trataría de comidas copiosas de buen augurio y felices deseos para el año entrante. También, muchos ritos buscan renovar alianzas sacrificando aves de corral engordadas y comiendo queques o bizcochones preparados para la ocasión. Incluso es el momento elegido para que el padre corte el pelo al hijo recién nacido. 

 El invierno en la Canarias amazigh 

Escorrentía en un barranco majorero tras unas fuertes lluvias invernales. Foto: J.F. Olivares.

"El invierno traía la vida, pero también podía suponer la muerte" 

El Invierno propicia las ansiadas lluvias y temporales que regarían los campos de cebada (temosen) o trigo (yrichen), llenaría las fuentes (alen) y depósitos de agua (guácimo). Estas aguas (ahamen) benefactoras reverdecerían los campos con sus pastos tan necesarios para los animales. El invierno traía la vida, pero también podía suponer la muerte. 

Para los antiguos canarios, el Solsticio de Invierno debió ser una fecha especial concebida como una puerta que abría a una nueva estación plagada de incertidumbres. Era un periodo delicado pues la llegada del frío intenso vendría asociado a enfermedades que afectaría tantos a las personas más vulnerables como a los animales. Además, podía darse el caso de destrozos así como la escasez de alimentos más habituales en verano como los frutales y granos. En el peor de los casos, un invierno seco con escasas lluvias podía provocar graves hambrunas. 

En pleno proceso de crecimiento y desarrollo de los cultivos se reducían drasticamente las fuentes de alimento. La población debía sustentarse con las reservas de grano que podían transformar en tafeña o en gofio, así como con los productos derivados del ganado gracias a la abundancia de pastos como la leche (aho), manteca (oche, amolan) o, de manera puntual, de carne de cabra y oveja (teguevite). Gran parte de la población se mudaría desde las zonas más altas a las costas con sus ganados para aprovechar los pastos nuevos y huir del intenso frío y humedad de las zonas más montañosas. Esta mudada permitiría también complementar la dieta con productos marinos (marisco, lapas, pescado fresco y salado). En años ruines con escasez de gofio de grano habría que recurrir a otras especies silvestres como el helecho para consumir sus raíces o el amagante, entre otros. Todo ello, requiere de un trabajo cotidiano organizado que permita la gestión y distribución adecuada del alimento. 

Cabra (axa). IẒUṚAN.

Pero ¿la antigua población amazigh del país celebró o afrontó con ritos el Solsticio de Invierno? No tenemos constancia documental de ello y sin embargo creemos que sí existieron. La pervivencia en el Continente de varios ritos ligados al Yennayer -festividad tradicional norteafricana que tiene su génesis en el Solsticio de Invierno- no hacen sino apuntar a la posibilidad de que estos eventos tuvieron lugar. El hecho de no haber sido documentados se pudo deber a que estos ritos y celebraciones pasaron inadvertidas al desarrollarse en el ámbito doméstico y privado a diferencia de los eventos multitudinarios en tiempos de abundancia como el del Solsticio de Verano y el Beñesmer.

"La celebración del Solsticio de Invierno pudo pasar inadvertida al celebrarse en el ámbito doméstico y privado"

Cocinando lapas en un gánigo sobre los teniques en Titerogaka. Foto: Ramón Guadarfía.

El invierno en lengua amazigh 

Si bien no conocemos referencias explícitas a la denominación guanche a la estación invernal, sí se encuentra bien documentado el término en los dialectos amazighes modernos: Tagerst, tagrest o tajrest (plu. tigersin o tyəgrəsən). La raíz G-R-S remite al verbo gres ‘Helar, estar helado, congelado’ o ‘estar muy frío (el tiempo)’ del que se derivan vocablos como agris o ajris ‘hielo, helado’, ‘frío glacial’, amesgeres ‘viento del este fresco y seco que golpea el Azawagh en invierno’ o amssegers ‘invernante, que permanece en el pueblo durante la trashumancia de invierno; guardián de los silos durante el invierno’. 

'Invierno' en las variedades dialectales del amazigh actual. IẒUṚAN.

Sin embargo, una niña guanche puede ser la clave para documentar este término en el amazigh hablado en Canarias. Attagares fue una inocente criatura que, con tan sólo cinco añitos, fue secuestrada, esclavizada y vendida en Valencia en 1494 [ARV, BG, 194, fol. 144 > Cortés 1955: 512-513]. Su nombre propio nos puede estar revelando siglos después la vigencia de este término en Canarias. En efecto, la raíz G-R-S parece clara en el antropónimo, así lo señaló ya el especialista Reyes García que lo traduce como hata-tagarest ‘he aquí la helada’. 


En memoria de Attagares, víctima de la infame esclavitud, va este humilde artículo.


PARA SABER MÁS:

Barrios García, J. (1986). Sistemas de numeración y calendarios de las poblaciones bereberes de Gran Canaria y Tenerife en los siglos XVI-XV.

Naït-Zerrad, K. (1998). Dictionnaire des Racines Berbères. (Formes Attestées)

Reyes García, I. (2011). Diccionario Ínsuloamaziq. 

Servier, J. (1985). Tradition et Civilisation Berbères. Les portes de l'année.