6 sept 2023

DOSSIER: El culto a la Virgen del Pino de Teror ¿tiene raigambre amazigh?

Foto: Juan Carlos Saavedra

IẒUṚAN. Desde hace siglos, la festividad religiosa de la Virgen del Pino de Teror es la más importante de la isla de Gran Canaria. Sin embargo, a diferencia de la Candelaria en la isla de Tenerife, el posible sincretismo religioso no está bien documentado. Si bien las fuentes etnohistóricas vinculan el origen del culto a la Virgen del Pino a los antiguos canarios, la falta de información y el tardío apogeo de este culto mantienen abierto el debate historiográfico. 

El culto a la Virgen del Pino también existe en otros lugares del país, destacando especialmente la de la localidad de El Paso en la isla de La Palma. Fuera del Archipiélago la encontramos en España en la localidad andaluza de Niebla y en la castellana de Vinuesa, así como en América aunque normalmente llevada por emigrantes canarios. 

 La leyenda 

La leyenda de la aparición de la Virgen en el Pino siempre estuvo envuelta en un halo de misterio y ligada a la oralidad a través de relatos no siempre unánimes. Groso modo, la tradición popular señala que en pleno proceso de conquista, el 8 de septiembre de 1481, se apareció de manera sobrenatural a unos pastores canarios la Virgen María en lo alto de un gigantesco pino ubicado en la zona de la actual Basílica de Teror. El Obispo Juan de Frías sería el primero de los conquistadores en tomar la imagen en sus manos y ordenar la construcción de una iglesia para que se le rindiera culto. Este pino canario (pinus canariensis) de grandes dimensiones contaría con una fuente de agua medicinal y milagrosa a sus pies, así como tres dragos plantados en sus ramas y una piedra con marcas de los pies de la propia virgen. Este lugar estaría ubicado en Terori, una zona especialmente frondosa de laurisilva rica en agua. Este espacio formaría parte de la antigua Selva de Doramas formada mayoritariamente por laurisilva canaria. 


"Nuestros padres nos han dicho que dirigidos por un resplandor maravilloso la encontraron en la eminencia de un Pino, rodeada de tres hermosos dragos, de cuyas ramas se formaba una especie de nicho; que una lápida muy tersa le servía de peana y que del tronco de aquel árbol nacía una fuente perenne de aguas medicinales

 Fernando Hernández Zumbado, Novena a Nuestra Señora (1782)



Sin embargo, a diferencia de la aparición de la Virgen de Candelaria, esta leyenda no se documenta hasta el siglo XVII: 

 "Prosiguiendo Pedro de Vera en el repartimiento llegó a un término llamado Terori, porque se nombraba así el Canario cuyo había sido, del cuál tomó el nombre aquel terreno suyo en el cual apacentaba sus ganados […]. Y para llegar a él en esta ocasión fue necesario que fuesen de aquellos Canarios guiados los españoles conquistadores […], habiéndoles antes los Canarios informado que en aquel sitio de Terori estaba un árbol muy alto y admirable que contenía en sí una rara maravilla, cuya noticia tenían de sus mayores y ancianos y había más de cien años que venía de unos en otros. Dijéronles que en aquel territorio había muchas fuentes […], pero que al pie del coposo árbol nacía una que lavándose con su agua sanaban de las enfermedades que padecían […], y que en los ramos de aquel árbol asistía tan continua una estrella muy resplandeciente y clara que ellos la tenían ya por vecina […]. 

 Anónimo de Diego Henríquez, c. (1640)


 Para el historiador Gustavo Trujillo Yánez, estas referencias al pasado indígena “parte del mito que se fue articulando en torno a la imagen, como forma de dotarla de una mayor legitimidad, equiparándola con otras advocaciones marianas y de manera muy especial con la Virgen de Candelaria de Tenerife”.

"la tradición afirma que durante la conquista apareció la Virgen María en un  pino en Teror. Al pie del pino habría una fuente de agua milagrosa, tres dragos plantados en sus ramas y una piedra con marcas de los pies." 

Más allá del mito ¿qué sabemos? 

 El Pino 

El protagonista fundamental de este culto es sin lugar a dudas el Pino de Teror y un hecho que parece seguro al juzgar por su tamaño es su existencia antes de la conquista de la isla. Según los cálculos de la época, el pino medía en torno a los 40 metros de altura y 2 metros de diámetro, pudiendo albergar en su copa tres dragos gemelos de algo más de 2 metros cada uno. El 3 de abril de 1684 el pino cayó a causa de un fuerte vendaval causando un gran impacto en la población del pago. 

 Los tres dragos 

Marín de Cubas señaló que estos tres dragos fueron plantados por los mismos canarios antiguos, dato que cuestionanlos historiadores contemporáneos. Tras la caída del Pino, dos dragos habrían caído y otro se secó. 

 Piedra con grabados podomorfos 

 Los tres dragos de la copa encerraban entre sus raíces una piedra con un grabado que la tradición adjudicó a las huellas de los pies de la Virgen. Tras la caída del pino, esta piedra se habría perdido y siempre se supuso que fue robada. Así lo explica Marín de Cubas a finales del siglo XVII: Los canarios dijeron que a ella vino un castellano color muy amarillo, y este sacó de Canaria la Imagen y era natural de S. Lucar de Barrameda”. 

 Fuente medicinal 

Ubicada a los pies del pino, sus aguas eran medicinales e incluso milagrosas. Tras la conquista, un cura cercó la fuente y comenzó a cobrar a los isleños por coger el agua. Según la tradición, por este hecho acabaría secándose. Marín de Cubas lo explica:

"… a el pie de este árbol… salían unos manantiales de agua que… la llebaban los canarios para dar a veber a sus enfermos… y verdaderamente sanaban. Los spañoles preguntaban la causa, i unos la negaban, i otros decían que allí havía luces de noche, i venido a estar en aquellas tierras de los dragos la madre de Dios, con dos luces encendidas, i otras veses que una estrella estaba muy ordinariamente en aquel citio; no se les daba crédito i llamábanlos de perros idólatras…."

                                                                                                                    Marín de Cubas 

"(...) la fuente se secó por cerrarla y cobrar a los enfermos que acudían a ella, posteriormente el pino caería en el año 1684"

Pino de Terore dibujado por Marín de Cubas en 1682 antes de su caída. Dibujo hallado por José R. Barrios García.

Talla 

 Los autores coinciden en que antes de la talla actual de la Virgen del Pino hubo una original denominada Santa María de Therore. Esta habría sido la que apareció en el pino y que hoy se encontraría en paradero desconocido. La imagen actual podría datar de 1535 y pudo haber sido traída por el vecino Juan Pérez de Villanueva, pero ¿qué sabemos de la talla original? 

El antiguo cronista de Teror, Vicente Hernández Jiménez, planteó ya en 2005 la llegada de la primera talla en tiempos anteriores a la conquista traída por misioneros franciscanos andaluces “para cautivar y sorprender a los aborígenes, excavara, en el tronco del árbol de las visiones celestiales, un nicho para la talla de Santa María”. La historiadora del arte María de Los Reyes Hernández, aunque reconoce la escasez de información, señaló en 2011 la hipótesis de que la talla de Santa María de Therore pueda estar hoy depositada en el Museo Diocesano de Arte Sacro de Las Palmas. Según la especialista, esta debió realizarse en la Baja Andalucía a mediados del siglo XV con una finalidad evangelizadora. La traída de esta talla por los franciscanos en época anterior a la conquista pudo ser una realidad puesto que en “la época bajomedieval, la Vírgen María se convierte en un elemento aglutinador que se vincula con la madre Naturaleza”. La historiadora nos recuerda que la llegada de misioneros franciscanos fue el paso previo a la conquista puesto que estos religioso preparaban el terreno yendo la expansión política unida a la religiosa. Así describe el contexto en el que pudo producirse el orígen de la leyenda y el culto mariano de Teror: 

En la zona boscosa del Teror de la época, los árboles eran un referencia para la población, y más ese grandioso pino considerado sagrado. Puede pensarse, por lo tanto, que los frailes franciscanos colocaron estratégicamente a Nuestra Señora en ese árbol tan especial. Los lumínicos fenómenos naturales como los rayos solares, de las estrellas o de la propia luna, tanto del amanecer, como en las horas vespertinas o nocturnas, pudieron llamar la atención de los habitantes de la zona, considerándolos sobrenaturales. Atraídos por estas circunstancias, en las que lo natural y lo milagroso se funden en el tiempo histórico, encontrarían esta pequeña imagen, o a otra similar, emplazada estratégicamente en lo alto del imponente pino, que contribuiría a popularizar la devoción a la Virgen María bajo la denominación del lugar en donde se apareció: Santa María de Therore".
"Los frailes franciscanos colocaron estratégicamente a Nuestra Señora en ese árbol tan especial"
 ¿Existe sincretismo? 



 El sincretismo religioso se refiere a la combinación de dos sistemas de creencias ya sea para conciliar doctrinas diferentes como para facilitar la imposición de una sobre otra. Por todo ello, entendemos que si el culto a la Virgen del Pino de Teror es un sincretismo debió de basarse en un culto anterior de los canarios, con el objetivo de facilitar la cristianización. Como se sabe, esta práctica de la iglesia fue común, especialmente en los territorios americanos conquistados por Castilla décadas después. 

 Los historiadores canarios del siglo XVII y XVIII como Tomás Marín de Cubas, Fray José de Sosa, Pedro Agustín del Castillo o José Viera y Clavijo, entre otros, consideraron que el culto al pino de Teror tiene su origen en los antiguos canarios. Aunque con matices, los autores más contemporáneos han mantenido generalmente la hipótesis del sincretismo considerando que el lugar del la milagrosa aparición fue un espacio sagrado o santuario indígena. No obstante, el historiador Gustavo Trujillo Yánez considera que no hubo ningún tipo de sincretismo. 

Trujillo explica que si bien el culto a la Virgen del Pino es muy antiguo no guarda relación alguna con los nativos canarios. En su trabajo La Virgen del Pino de Teror ¿una divinidad de los antiguos canarios?, incide en lo tardío del apogeo del culto a la Virgen del Pino y la falta de referencias claras y contemporáneas a la conquista. La distancia de un núcleo importante de población nativa y lejanía de los principales asentamientos evangelizadores sería otro obstáculo. Asímismo revisa los relatos de Marín de Cubas y Fray José de Sosa, por ejemplo sobre los dragos, recuerda tradiciones de pies de vírgenes grabados en rocas y otras advocaciones a la Vírgen del Pino existentes en España. Por todo ello, considera que la vinculación con la población nativa se trataría de un “mito articulado en torno a la imagen, como forma de dotarla de una mayor legitimidad, equiparándola con otras advocaciones marianas y de manera muy especial con la Virgen de Candelaria de Tenerife”. Para justificarlo, señala el interés de la clase dominante canaria del siglo XVII para legitimarse presentándose como “descendiente del noble conquistador como de un virtuoso aborigen”. 

En definitiva, el autor considera si bien no puede “afirmar nada de forma categórica”, un detenido análisis del contexto en que surgieron los primeros documentos sobre el origen de este culto permite “comprobar lo frágiles e inconsistentes que son los argumentos” que explican la raigambre indígena del culto. 

"Para Trujillo, no existió ningún sincretismo pues se trataría de un mito articulado en torno a la imagen, como forma de dotarla de una mayor legitimidad”

Por su parte, el matemático y especialista en calendarios de los antiguos canarios José R. Barrios García, sí considera la ubicación del viejo pino un santuario de los antiguos canarios. Para ello, se basa en aspectos etnográficos descritos en las fuentes y sus estudios sobre el culto astral de las antiguas poblaciones amaziges tanto continentales como insulares. Barrios se pregunta por qué el pago de Teror, una zona húmeda “con malos caminos, alejado de la ciudad, con una ermita medio en ruinas a la que no se le hace el más mínimo caso” se vuelve en pocos años el principal centro católico insular a pesar de la recién inaugurada catedral de Las Palmas. Evidentemente “los motivos tuvieron que ser muy importantes y de mucho peso”. 

Aunque reconoce que su explicación deberá ser matizada y corregida con la investigación futura, Barrios afirma que en Teror existía un culto a la estrella Canopo por parte de la población nativa de la isla. Este culto debió decaer por la conquista y la colonización inicial pero que pudo reactivarse a finales del siglos XVI. Para aseverar esta posible adoración se basa en las continuas indicaciones de las fuentes a una estrella relacionada con el pino y las fechas para su celebración que coinciden groso modo con el orto helíaco de canopo. Así lo explica José Barrios:  “...el Pino era un santuario de los antiguos canarios donde se celebraban fiestas canopiales a mediados de agosto. Tras la conquista el culto se mantiene latente. Hacia 1600, el culto se reactiva y los canarios vuelven a Teror por la reaparición de Canopo, ahora a finales de agosto. La Iglesia necesita controlar la situación e implanta la celebración de la Natividad de la Virgen, el 8 de septiembre, lo que no deja de tener bastante sentido: nace la estrella y nace la Virgen .” 

 Este culto a la estrella canopo formaría parte fundamental de las creencias animistas de la antigua población norteafricana y todo parece indicar que también de la isleña. Todo ello puede inferirse del estudio sobre el culto de la Virgen de Candelaria en Tenerife y La Gomera coincidiendo casualmente con las fechas más destacadas de este astro. 
 Para Barrios, el Pino era un santuario de los antiguos canarios donde se celebraban fiestas canopiales a mediados de agosto. 

 Conclusiones

Si bien la relación del culto a la Virgen de Candelaria con la antigua religiosidad animista guanche se encuentra bien documentado, en el caso de la Virgen del Pino de Teror carecemos de información temprana de los orígenes de este culto. Lo tardío en que se documenta las leyendas en torno a la aparición milagrosa de la virgen como su vínculo con los antiguos “canarios gentiles” hace razonable el cuestionamiento de un posible sincretismo. 

Con todo, no cabe duda que los elementos simbólicos de esta aparición parecen encajar formalmente con los bien documentados santuarios norteafricanos de origen preislámico. Estos suelen ser tumbas de santones en los que crece un árbol de grandes dimensiones y que se les adjudica propiedades curativas. A este hecho hace referencia precisamente Marín de Cubas. Las alusiones a luces y estrellas ligadas a este Pino de Las Maravillas también resultan sugerentes y encajan con las creencias animistas de la población amazig antigua. Todo ello hace congruente las hipótesis que consideran que este culto pudiera tener una raigambra autóctona. 

Lo que todos los expertos reconocen es en la antigüedad de la advocación mariana en el pago de Terore, documentada pocas décadas posterior a la conquista. Además, las diferencias con el popular culto a la Virgen de Candelaria no anulan automáticamente un posible sincretismo. No olvidemos que las circunstancias y modelos de conquista y de ritmos de colonización de ambas islas difieren. En cualquier caso, serán ustedes nuestros lectores los que podrán profundizar por sí mismos y elaborar su propia opinión. 

 REFERENCIAS