19 jul 2024

La Soga de Tarucho ¿una leyenda guanche?

Montaje de Marcos Reyes Díaz en Patrimonio Lingüístico de Canarias.

IẒUṚAN. El Roque de Tarucho se ubica en el término de Masca en el extremo noroeste de Tenerife, parte del antiguo Menceyato de Daute y del actual Parque Rural de Teno. Esta zona tradicionalmente aislada se caracteriza por los profundos barrancos que la surcan, los impresionantes desniveles y su lejanía de los centros de poder.

Como nos muestra la arqueología, son numerosos los vestigios de la vida de los viejos guanches, destacando las Cuevas de Los Guanches y la estación de cazoletas y grabado soliforme del Pico de Yeje. Tras la conquista de la isla se repartieron tierras en Masca, especialmente entre canarios y guanches, destacando el caso del Mencey de Adeje. Su ailamiento le ha favorecido para preservar una herencia guanche significativa; toponimia (Aca, Acara, Chabique, Chagüido, Cherfe, Guergue o Yeje), léxico, modos de vida, costumbres y tradiciones.

 Roque Tarucho y su leyenda

Con sus 1051 metros del altura, el Roque Tarucho domina el entorno de Masca pudiendo contemplarse desde su cima tanto la vecina isla de Gomera como La Palma. En el siglo XIX, el intelectual tinerfeño José A. Alvarez Rixo lo describe como "un disforme cerro, el cual conserva el nombre guanche de Tarucho, cuya extraordinaria configuración admira al que le ve la vez primera, porque parece amenazar aquel recinto: pero en todas las convulsiones de esta Islas se ha mantenido como los demás fundamentos de ella: y su parte inferior, que es la que puede serlo, está industriosamente cultivada. Cuando se levanta el sol a sus espaldas, es dignísimo de ser observado por cuantos aficionados a la pintura se recrean en ver los juegos y caprichos que la naturaleza forma con los claros oscuros en particulares posiciones". 

En 1980, los investigadores Jose Manuel Espinel Cejas y Francisco García-Talavera Casañas, recogieron de octogenarios de Masca la creencia de sus mayores que, cuando ellos eran pequeños, les aseguraban que el Tarucho estaba amarrado con una soga de junco pues podía caerse. En consecuencia, les explicaban que todos los años durante las fiestas le cambiaban la soga. Por su parte, esta idea también la recogía en un romance Doña Bernarda Díaz (82 años de edad en 1980) que consideraba “cosa de los viejos de antes”: 

 «Tarucho está amarrado con una soga de junco
 y todos los años le enseñan la soga 
y no les enseño el lazo porque soy ciega 
y por detrás está amarrado a una sabina.» 

Como bien señalaron los mencionados investigadores, en esta leyenda probablemente ya reducida a “cosa de risa” a finales del siglo pasado, se aprecian ecos de lo que pudo ser la creencia animista bien documentada del culto a las cimas entre las antiguas poblaciones amazighes tanto de Canarias como del Continente. 

Vista del Tarucho desde la Ermita de Masca construída en el siglo XVIII.
Foto: Ayuntamiento de Buenavista del Norte.

El culto a las cimas podría relacionarse con la creencia en el Axis Mundi, común en numerosos pueblos de la antigüedad de cultos animistas. Se trata de la creencia en la existencia de puntos de conexión entre el cielo y la tierra. Considerados el “centro del mundo” suelen tener forma de algo natural (montaña, árbol, fuego o tallo) aunque también artificiales (torre, pilar, cruz, campanario, cuerda, aguja…). Sin embargo, el axis mundi es una idea por lo que no existe una contradicción por estar representada en múltiples lugares. Esto podría explicar el temor a que estas elevaciones, cuando se trataba de roques, cayeran pues serían el soporte del mundo. Esta concepción animista quedó bien documentada en la isla de La Palma en relación al Roque de Idafe: 

«Y tenian tanto temor no cayese y los matase, que no obstante que aunque cayera no les podia dañar por estar las moradas de ellos muy apartadas; por solo el temor acordaron que de todos los anímales que matasen para comer diesen aYdafe (...) » 

                                                                                                Abreu Galindo (1590)


Significado de Tarucho 

Espinel Cejas y García-Talavera propusieron la traducción de “ésta se cae” sin citar la procedencia. Trapero propone que pudiera ser un compuesto de taro + el sufijo despectivo español. Sin embargo, se decanta por ser un topónimo enteramente guanche al tratarse de un roque. Taro es un canarismo en desuso propio de Tenerife pero vigente aún en Lanzarote y Fuerteventura, sin embargo como veremos, podría guardar relación. 

Definición



          Taro


1. Armazón hecho con cuatro cuerdas pendientes del techo de la casa, que sirve de sostén a tres o cuatro andamios o cañizos sobrepuestos y que se usaba especialmente para curar los quesos.

2. Torre circular de piedra seca y sin argamasa, que se usaba para conservar las legumbres, curar los quesos, refugiarse el pastor, etc., o bien para vigilar desde los sitios altos.

Fuente: Diccionario Histórico del Español de Canarias


Dibujo: Miguel Ángel Brito.

Sorprende que este sentido guarde relación con las cuerdas que sostienen, lo que nos hace preguntarnos ¿Es la tradición la que explica el nombre de nuestro roque o a la inversa? ¿La leyenda es precolonial o producto de una etimología popular más reciente por parecido al término taro

Taro es considerado por el DHEC como de "posible origen prehispánico" ya que puede haber dudas razonables. Sin embargo, como ya señaló Ignacio Reyes García, la lingüística comparada con el amazigh continental nos aporta un término coherente para dilucidar la etimología de taro. A partir de la raíz R-W, encontramos una voz vigente en el dialecto tuareg de tawəlləmmət de los iwəlləmmədan: 

 aṛǎwa  plu. iṛǎwatǎn

'Cuerda o tira delgada de cuero, correa (p. ej. atadura o sujeción el tambor)'

tǎṛawit  plu. šiṛiwa 

'cuerda de cuero' 

Fuente: Dictionnaire Touareg – Français (Níger). Prasse, K-G.


En nuestra opinión, lo mismo ocurre con Tarucho pudiendo ser la leyenda la confirmación de la etimología. El posible sufijo -ucho podría deberse también a una palatización de la T final que, aunque sea un cambio fonético menos frecuente que el aplicado al demostrativo inicial, parece estar presente en algunos otros topónimos del país como los gomeros Tagamiche, Taganche o Tagulache. 

Conclusión 

Salvo honrosas excepciones, las fuentes orales han sido tradicionalmente despreciadas por los investigadores. Como resultado, las pesquisas etnográficas puntuales realizadas en las últimas décadas parecen vislumbrar un panorama desolador pues nos hacen inferir las múltiples leyendas de la oralidad que agonizan o deben haberse perdido definitivamente. Como en esta ocasión, estas pueden ser útiles para trabajar en hipótesis como la nuestra que ayudan a interpretar un topónimo y una posible continuidad de concepciones animistas en la cultura popular. En cualquier caso, estas notas no dan por concluido el estudio sobre Tarucho y su leyenda. 

Quisiéramos agradecer al historiador Marcos Reyes Díaz habernos mostrado el topónimo e infundido el interés por el mismo. 

 Referencias:

 - Abreu Galindo, Juan de. (1590) 1977. Historia de la conquista de las siete Islas de Canaria. Ed. crítica con Introducción, notas e índice por Alejandro Cioranescu. S/C Tenerife: Goya. 

 - Betancor Quintana (2003). Los indígenas en la formación de la moderna sociedad canaria. Integración y aculturación de canarios, gomeros y guanches 1496-1525. 


-Espinel Cejas, J.M. y García-Talavera Casañas, F. (2009) :Juegos Inéditos Guanches. CCPC. 

 - Prasse, K- G. Dictionnaire Tourag – Français. (2003). University of Copenhagen.
 

-Tejera Gaspar, A. (2001). Las religiones preeuropeas de las Islas Canarias. Ediciones El Orto.

14 jun 2024

Ahmed Sabir "Debemos reconocer sin complejos nuestros paralelismos"

           

IẒUṚAN. El lingüista hispanista marroquí Ahmed Sabir (Inezgane, 1952), se ha interesado por la lengua y cultura guanche desde hace más de veinte años. En Canarias es conocido por su obra Las Canarias Preeuropeas y el Norte de África. El ejemplo de Marruecos. Paralelismos Lingüísticos y Culturales (2001), donde compara elementos culturales y lingüísticos canarios con los de su región natal de Sus en el vecino sur marroquí. 

 Este antiguo decano y profesor de español en la Universidad Ibn Zohr de Agadir, impartió una conferencia recientemente en las XXX Jornadas Educativas de Patrimonio y Escuela celebradas en La Aldea de San Nicolás (Gran Canaria) y promovidas por la Fundación Canaria Proyecto Comunitario de La Aldea. Esta versó sobre las similitudes de la tradición de los Carneros de Tigaday (El Hierro), el Carnaval tradicional de La Aldea (Gran Canaria) y Los Bilmawen de la región del Suss

 Ahmed Sabir comparte la opinión del historiador Francisco Tejera Gaspar sobre el poblamiento de Canarias a través de una deportación romana que, como sabemos, es una de las hipótesis propuesta sin ser esta un tema aún cerrado por la investigación científica. Muy interesante son sus observaciones sobre lo común que se conserva entre la cultura y lengua amazigh de Canarias y su región natal señalando que "Sin complejos tenemos que reconocer estos paralelismos, porque forman parte de nuestra identidad cultural, desde el punto de vista patrimonial".

 Para Sabir, urge que los expertos investiguen esta temática "para salvar lo poco" que ha sobrevivido hasta nuestros días de ese acervo común. Además del paralelismo evidente entre las celebraciones carnavalescas más antiguas de canarias y las continentales, destacó las existentes entre la alimentación tradicional (como el gofio) o la toponimia. 

 Video: 

 Dirección: Programa EnSeñas Patrimonio. 
 Guion, imagen y edición: Vicente Perez Luis

5 jun 2024

Antonio Macías “Que los canarios eran bereberes es mentira”

Foto: ull.es

IẒUṚAN. Así de tajantemente se ha mostrado el Catedrático de Historia Económica de la ULL Antonio Macías Hernández que considera que “lo que se dice sobre el aborigen canario es un desprecio a su cultura”. Según este autor, “lo que se ha escrito sobre los aborígenes canarios carece de profundidad científica”. En una reciente entrevista, el especialista asegura que en su recién publicado libro “Los aborígenes canarios. Tres milenios de Historia” explica “el origen y desarrollo de los primeros pobladores de las Islas no tiene nada que ver con la versión oficial” que califica de “tópicos”. 

 La entrevista

Macías hace observaciones interesantes para el debate como su enfoque archipielágico frente al insularismo o la crítica a que los cambios socioeconómicos sean necesariamente a causa de agentes externos. En efecto, podría compartirse la discusión con una visión difusionista que corre el riesgo de negar a los antiguos isleños su capacidad creativa e innovadora. Otro aspecto de interés es su crítica a la genética haciendo hincapié en el bagaje cultural, planteamiento razonable y que ya hemos abordado en IẒUṚAN

Sin embargo, no pasa desapercibido el carácter taxativo de sus declaraciones. El autor afirma pretender romper con una “serie de ideas” generada por ya varias generaciones de investigadores en diversas disciplinas que han trabajado sobre la historia antigua de Canarias. Estas ideas, según él estarían “lastrando y haciendo un flaco favor a la cultura aborigen canaria”. 

No obstante, sorprende sus propias declaraciones en las que encontramos datos erróneos y contradictorios. Por ejemplo, su afirmación de que el 40% de los europeos posee ADN neandertal cuando esto se extiende al 100% de estos, aunque eso sí, en un porcentaje muy bajo entre el 1% y 2%. Del mismo modo llama la atención lo que parece una contradicción pues mientras que critica que se considere a las antiguas sociedades canarias como “prehistóricas” las califica de “neolíticas” y “protohistóricas” sin hacer mención alguna, por ejemplo, a la práctica de la escritura ¿será porque es líbico-bereber? 

"Mientras que critica que se considere a las sociedades canarias “prehistóricas” las califica de “neolíticas"

“No son amaziges porque vienen del Sáhara” 

Que un periodista que no es especialista en Historia considere la filiación bereber de los antiguos canarios como “teoría” es del todo comprensible. Pero que un investigador de la talla de Antonio Macías descalifique la evidencia científica de “mentira” resulta como mínimo llamativo. 

Sin embargo, deja de sorprender tanto cuando seguidamente nuestro autor confunde conceptos y hace afirmaciones erróneas que, si no se debe a una manipulación torticera del periodista, evidenciaría su completo desconocimiento el mundo amazigh. 

En efecto, Macías afirmó que “Los amazig es una cultura moderna y el bereber es un concepto también moderno” lo que resulta incongruente pues ambos términos son sinónimos y bastantes antiguos; el primero es autóctono apareciendo incluso en fuentes romanas, siendo el segundo exógeno derivado del griego y latino bárbaro y que fue utilizado posteriormente por los árabes para llamar a la población autóctona del Norte de África. Tras esto, aseguró que “la cultura bereber no ha existido nunca” ya que “es un nombre genérico que no corresponde a una cultura”. Solo una estrecha mirada presentista podría explicar la incomprensión de la riqueza y variedad de las culturas humanas minorizadas que nunca han contado con un estado propio. Y es que según su premisa, ni los celtas, ni los germanos, ni los nórdicos, ni los eslavos, ni los italianos, ni los árabes, por ejemplo, habrían existido nunca pues tampoco son culturas homogéneas sino conjuntos de pueblos emparentados cultural y lingüísticamente. 

Anciana amazigh de Matmata (sur de Túnez) moliendo gofio con el molino de mano en el interior de su cueva. Foto: Desconocido/a

Por si no fuera poco, Macías señaló que “el amazig son los tuaregs, pero no tienen que ver con los bereber. Es una cultura reciente”. ¿Cómo no van a tener que ver si bereberes y amaziges son sinónimos? ¿Acaso los tuaregs no hablan dialectos bereberes y son étnicamente bereberes? ¿Acaso los imazighen del Atlas central o los cabilios tampocos son amaziges? ¿Es una “cultura reciente” la cultura autóctona del Norte de África desde los albores de la antigüedad? 

Pero entonces, ¿qué eran los “aborígenes” según Macías? Pues "saharianos" y su procedencia estaría en el Sáhara que, según él, no estaría en el Norte de África. No aclara si estaría ubicado en el centro o sur de África pero señala que es muy diferente a la Cordillera del Atlas. Estos “saharianos” serían “otra gente, otra cultura y otro diálogo con los dioses” y habrían sufrido la desertización de un antiguo Sáhara verde hace 8.000 años, lo que explicaría la migración a nuestro archipiélago. 

Esto debe explicarlo mejor pues el territorio sahariano estuvo poblado desde la antigüedad en su mayor parte por pueblos amaziges. Aún hoy en el Sahara Central existen los tuaregs, pero no los únicos, ya que en la actualidad podemos encontrar otros grupos étnicos amaziges como los mozabitas, zanagas o habitantes oasis argelinos, marroquís, libios y el de Siwa en Egipto, todos ellos en el Desierto del Sahara. 

Detalle del Mapa del francés Guillaume de L'isle (año 1700) donde se puede apreciar topónimos como Barbarie (Berbería), País de los Bereberes y el 'Desierto de los Bereberes' para hablar del Sáhara. Un ejemplo más de la antigüedad del término bereber y su aplicación a todas las poblaciones autóctonas del Norte de África ya sean del Atlas o del desierto del Sahara.

Conclusión 

Además de imprecisiones y errores, leemos estupefactos afirmaciones categóricas y contradictorias de un investigador que consideramos serio y riguroso. Consideramos, desde el respeto a su labor historiográfica en el ámbito de la economía y la demografía canaria, que la falta de prudencia le ha jugado una mala pasada. 

A nuestro juicio, los únicos tópicos e incluso “mentiras” son aquellas que aún se escuchan en pleno siglo XXI sobre un supuesto desconocimiento absoluto sobre el pasado precolonial del archipiélago. Esta literatura del “eterno misterio” y de “ecos de leyenda” que envuelven el pasado isleño inciden en estas visiones exotizadas de unas “poblaciones primitivas” de las que no podría saberse nada más allá de “teorías”. Todo ello aderezado con un alarmante déficit de formación integral canaria en todos los niveles educativos, sí que hace un "flaco favor a la cultura aborigen canaria". Si bien existen desafíos historiográficos obvios como dilucidar las fechas precisas del poblamiento humano o el cómo y por qué de la llegada de poblaciones norteafricanas a Canarias, sí atesoramos un importante conocimiento sólido y contrastado fruto de más de un siglo de pesquisas científicas.  

 "La etnicidad amazig de la población originaria canaria es un consenso científico"

Detalle de panel epigráfico en escritura líbico-bereber del yacimiento arqueológico de Las Toscas del Guirre (La Gomera). Foto: Desconocido/a.

En efecto, la etnicidad amazig de las poblaciones precoloniales es un consenso científico nacional e internacional fruto de más de un siglo de investigaciones históricas, arqueológicas, antropológicas, lingüísticas, etnográficas a las que se sumarían, estas últimas décadas, las evidencias genéticas. ¿Es esto a lo que llama Macías la “versión oficial”?  No obstante, esta etnicidad hay que contextualizarla cronológicamente y en su realidad insular huyendo de interpretaciones presentistas entendiendo que los amaziges actuales no son iguales que los de hace dos milenios. 

Macías considera que las certezas que tenemos son “mentiras” y "tópicos" a la vez que él mismo denomina “aborígenes neolíticos” a la población originaria.. Además lo hace poniéndose en evidencia luciendo un profundo desconocimiento del mundo amazig del que los antiguos isleños formaron parte. Esto nos lleva a preguntarnos retomando sus propias palabras ¿quién es el que está realmente despreciando la cultura de nuestros/as antepasados/as?

7 may 2024

"La canariedad requiere un plan político, educativo, una acción popular coordinada y motivadora"

 

IẒUṚAN. Pedro Hernández-Guanir (San Juan de La Rambla, 1941) no es sólo un especialista en psicología (Licenciado, Diplomado en Psicología Clínica y Catedrático honorífico de la ULL) y educación (Doctor en Filosofía y Letras, Licenciado en Pedagogía), sino una persona comprometida con Canarias y su herencia guanche. Su amor por la canariedad le llevó a coordinar y publicar la popular enciclopedia Natura y Cultura de las Islas Canarias (1977) lo que le acarreó represalias del franquismo. Actualmente, sigue luchando por salvar el proyecto GEVIC (Gran Enciclopedia Virtual de las Islas Canarias) que refleja la lucha contra la injusticia de los que defienden la herencia de su pueblo, del mismo modo que su antiguo tocayo, el guanche que lideró el Pleito de Los Naturales en el siglo XVII. 

-Rumén Sosa: Usted adoptó simbólicamente como segundo apellido el término guanche ‘Guanir’ ¿Por qué? 

 — Pedro Hernández-Guanir: Hay un doble motivo: la referencia guanche, como signo de identidad, y la referencia a la libertad, que es lo que significa 'Guanir', término que me sugirió Don Juan Álvarez Delgado, aunque también se denomina 'Guanil'. En ambos casos, un animal 'guanil' era el asilvestrado, sin marca, sin señal de propiedad… Para mí, ambas referencias han sido importantes. 

-R.S.: Cuando usted era un niño ¿recuerda oír hablar de los guanches a nivel popular? ¿qué percepción se tenía de ellos? 

— P.H.G: De niño, cuando se hablaba de los guanches eran para considerarlos con orgullo, pues representaban fortaleza física, tesón, honestidad y heroísmo. Todo un mito, igual que El Teide. En mi pueblo, San Juan de La Rambla, visitábamos, en los márgenes de los barrancos, la cuevas 'habitación', con restos de cáscaras de lapas, burgados, abulones y otros mariscos; así como cerámica y lajas de piedra que servían de mesa, marcadas por el humo. También nos adentrábamos por otras, que eran tubos volcánico, con mechones de tea encendida. En las casas de entonces había lanzas para saltar riscos, como en el salto del pastor… Igualmente, presencié alguna extracción de cadáveres y utensilios de cuevas 'sepulcrales', en lugares inaccesibles, como, en el risco del Mazapé, con una larga escalera por un equipo dirigido por el arqueólogo Diego Cuscoy

"De niño cuando se hablaba de guanches era con orgullo pues representaban fortaleza, tesón, honestidad y heroísmo"

-R.S.:Para denominar al conjunto de la antigua población originaria del país se usan términos como "aborígenes" y, en menor medida, "indígenas" o antiguos canarios. Usted defiende el uso del tradicional ‘guanche’ ¿Puede explicarlo? 

— P.H.G: Lo voy a hacer con ocho razones; la primera es que ha sido el término, por tradición, más usado popularmente en todas las islas. Segunda porque  científicamente, desde hace siglos, los arqueólogos, historiadores, etnógrafos y lingüistas han denominado a los proto-habitantes de las islas como guanches. La tercera es que la Real Academia de la Lengua (RAE) reconoce a la antigua lengua hablada por los primeros habitantes como el idioma 'Guanche'. 

La cuarta es que el gentilicio 'Guanche', aunque se refiere a los antiguos habitantes de Tenerife, por generalización, se aplica a todos los antiguos de todas las islas, al igual que 'canarios', siendo estos los oriundos de Gran Canaria, se generaliza para todos los habitantes actuales de las Islas, constituyendo, en ambos casos, un fenómeno de 'sinécdoque', tomando la parte por el todo o el todo por la parte, siendo común en el lenguaje y en muchos otro gentilicios. 

"Guanche aunque se refiere a los de Tenerife se aplica a los de todas las islas, al igual que 'canarios', siendo de Gran Canaria, para todos los habitantes actuales"

En años recientes, cuando se ha verificado la 'pervivencia del hombre guanche' en la actual población canaria, frente al tradicional e interesado mensaje de que los guanches desaparecieron, se ha procurado ridiculizar el término 'guanche' e, incluso, algunos, enfatizando el insularismo y pleito insular, han procurado llamarlos según la denominación originaria de cada isla (Auritas, Bimbaches, Gomeros, etc.). Esto es lógico cuando se habla en particular de cada isla, pero no, para obviar un término general de esa población precolonial.

Incluso, otros prefieren llamarlos indígenas, aborígenes o prehispánicos, «haciendo desaparecer la denominación de origen» eliminando la especificidad 'guanches' para evitar un término genérico para todo el archipiélago y, a la vez, diferenciado, respecto a otros pueblos del mundo. 

La séptima razón es que otros, con pretensiones más estrictas, los llaman 'amaziges' o 'tamaziges', que, lógicamente, son sus antecedentes, pero es como si a los balineses se les llamaran austronesios porque el 82% procede de ellos, o a los francés, galos, o a los españoles, celtíberos, con lo que se eliminaría el 'apellido' diferenciador, y cuando se quieren diferenciar a los guanches dentro de sus antecesores, se les llaman 'amaziges insulares'. Y la octava es que todo lo anterior es para evitar el término 'Guanche' como denominación genérica, pues se trata de los antiguos habitantes de Tenerife, sin embargo, no se da esa inquietud con el término 'Canarios', referido a los actuales habitantes, aunque inicialmente eran los oriundos de Gran Canaria. 


R.S.: Desde el campo de la psicología a veces se habla de ciertas conexiones inconscientes por vivencias pasadas de generación en generación ¿las ha constatado? 

— P.H.G: En terapia, en diferentes ocasiones, he encontrado personas cuyos sueños presentaban clara conexión con costumbres y vivencias guanches en Tenerife o reacciones de esclavos negros en zonas donde se traían para el cultivo de la caña de azúcar como en Telde o en Agaete. 

R.S.: Usted suele recalcar que en Canarias siempre existió una importante brecha entre la cultura de la élite y de las clases populares ¿a qué se refiere? 

 — P.H.G: Las élites canarias cultas, hasta hace menos de 100 años pertenecían a clases sociales altas, incluso, descendientes de conquistadores, que se identificaban con el mundo oficial o cultura distinguida, menoscabando a la gente y a la cultura del pueblo. 

En realidad, han seguido la trayectoria, observada, por ejemplo, en las Actas del Cabildo de Tenerife, de desprecio de los nuevos colonos hacia el mundo guanche, de medianías o más popular, como la denominación 'Magos', pues eran los seguidores de Magec, religión y rito de los guanches, siendo el mayor choque el de Los Alzados que perduró casi un siglo después que concluyeran la conquista castellana. 

"Las élites cultas pertenecían a clases sociales altas, incluso, descendientes de conquistadores, y despreciaban el mundo guanche, de medianías o más popular"

El divorcio ha sido espectacular, por lo que el pueblo ha estado dejado a la mano de la inercia, pero que, en la actualidad, con la extensión de la educación y la llegada a la universidad de gente de medianías y zonas marginales, esa brecha se hace menos palpable, aunque tampoco exista un movimiento estimulador cultural y canarista en áreas populares. 

-R.S.: Se dice que cuando el nacionalismo de segunda ola (años 60-70) asumió el guanchismo, el nacionalismo español pasó de destacar la pervivencia guanche en el pueblo canario como prueba de la bondad del colonialismo español a negarla por completo ¿Fue así? 

— P.H.G: Efectivamente, se pasó de la actitud de recuerdo y valoración de lo guanche, como representación del patrimonio histórico español y como bondad colonialista de buen trato con los 'indígenas', a una actitud hostil, despectiva y negadora, al comprobar que la pervivencia guanche en el pueblo canario era un peligro político, o que desequilibraba el statu existente. 

R.S.: ¿Cree que la conciencia de la herencia guanche y amazigh puede jugar un rol destacado en la consolidación de la conciencia canaria? ¿Cómo ve las tensiones entre una canariedad hispanista y una más guanchista? 

 — P.H.G: Creo que negar cualquier realidad es negativo para el desarrollo de una persona o de un pueblo, especialmente, para su identidad, que debe crecer, por una parte, mirando al pasado, tomando como punto de partida el mundo guanche, pero no, hacer del guanchismo la vestimenta canaria.

 Por otra parte, sin complejos y purismo, mirando al presente y al futuro contando con los recursos y realidades que existen, sea tecnología, sea migración, sea turismo. Pero esto no significa mero desarrollismo, sino que debe montarse, contando con requerimientos identitarios, ecológicos, economicistas, poblacional, como es el galopante problema de la circulación de vehículos, de la devoración del territorio o de sobrepoblación que exigirá una Ley de Residencia, por ejemplo.

 "Nuestra identidad debe crecer tomando como punto de partida el guanche pero no hacer del guanchismo la vestimenta canaria."

R.S.: La magna obra Natura y Cultura de las Islas Canarias fue un factor importante en el despertar de la conciencia canaria de los años 70 ¿Qué cambio supuso ese punto de inflexión en la construcción de la identidad canaria? ¿Qué balance hace de ello?

— P.H.G: Sobre todo, fue un revulsivo, al contar el canario con un «espejo» que no tenía o lo tenía deformado; para valorar su propio mundo y, por lo tanto, incrementar su autoestima colectiva, aparte de incidir también en la escuela y en el ámbito popular, sin que faltara el correspondiente boicot por motivos diferentes. 

Por otra parte, marcó un hito para multiplicarse las publicaciones sobre Canarias. La pena es que apareció, pasados los años, una anemia educativa y cultural, sin que hubiera continuidad o, al menos, medidas correctoras, pero ¿cómo las iba a ver, si no ha existido un plan sistemático comprometido? 


R.S.: Nos da la impresión de que la sociedad canaria tiene una relación paradójica con su identidad; por un lado, es sensible con ella, pero, por otro lado, parece no valorarla en su justa medida. Desde una perspectiva psicológica ¿cómo se puede explicar esto? 

— P.H.G: En la propia psicología del canario está esa actitud identificadora con cualquier asunto (por ejemplo, en una asamblea o conferencia), quedando en la retaguardia, a la expectativa, sin exponerse ni ser asertivo públicamente. Unas veces, por falta de iniciativa, otras, por falta de autoconfianza, miedo, pudor y, sobre todo, por un aprendizaje de siglos de no ser protagonista. Por otra parte, no ha habido ni está habiendo ese aprendizaje de autonomía en la familia y en la escuela, asociada con la propia temática de Canarias. Esto, a su vez, se relaciona con escepticismo y hedonismo para actuar. 

R.S.: Del mismo modo que usted impulsó el Natura y Cultura, quiso llevar a las redes la Gran Enciclopedia Virtual de las Islas Canarias (GEVIC) con la promesa de apoyo institucional. Esto supuso una deuda que le ha hecho pasar por una situación personal muy complicada. ¿Cómo valora el rol de las instituciones canarias y su compromiso con el desarrollo de la cultura canaria? 

 — P.H.G: Son políticos, algún funcionario y mandos intermedios, los responsables de la falta de conciencia canaria, dejadez y obstaculización de que GEVIC no haya sido todavía adquirido por el Gobierno canario, pese a que, estando todo cerrado y hasta firmado, al final de una legislatura, no se materializa y vuelve otra vez la vuelta a la noria… en la IX legislatura (julio 2015- julio 2019), en la X legislatura (julio 2019- julio 2023) y actualmente, cuando se finalizan las firmas en diciembre de 2023, se llega tarde y se pierde la cantidad presupuestada en la legislatura anterior. 

Todo ello, pese al apoyo de más de miles de firmas, el dictamen de Consejo Escolar de Canarias y, extrañamente, la desaparición en más de tres ocasiones de distintos documentos con confirmación de registro de entrada. Como ejemplo, la labor del humorista Manolo Vieira fue más determinante que todas las gestiones, pero, al final, tampoco logró ver el resultado esperado. 


"Son políticos, algún funcionario y mandos intermedios, los responsables de la obstaculización de que GEVIC no haya sido todavía adquirido por el Gobierno canario"

R.S.: ¿Cómo ve el futuro de la canariedad? ¿qué asignaturas tenemos pendientes? Hay varios aspectos: 

— P.H.G: Primero, La canariedad, desgraciadamente, está contaminada por la acción política y eso le resta fuerza. Segundo, la canariedad, psicológicamente, sigue viva, aunque no tenga la repercusión política. Tercero, la canariedad muestra, en algunos sectores y campos, aunque minoritarios, atisbos intensos y esperanzadores. Cuarto, el desarrollo de la canariedad requiere, además del plan político educativo, que es muy importante, una acción coordinadora y motivadora, retomando tantos indicios de la cultura popular de grupos diversos. Quinto y último falta un plan de sinergias que abarque tanto el mundo del turismo, como del folclore, como de la literatura, el periodismo, etc.

 
             

3 abr 2024

Ramón el de Tejeguate

Ramón Padrón Cejas recibió la Medalla de Oro de Canarias a la Cultura Popular en 2017

IẒUṚAN. Este mes de febrero del 2024 despedimos a Ramón Padrón Cejas, una vida dedicada al rescate y trasmisión de los valores culturales y patrimoniales de la isla bimbache. Fundador de la mítica Agrupación Folklórica Tejeguate e impulsor de Los Carneros de Tigaday, Ramón fue uno de los mayores referentes de la cultura tradicional de la isla de Ezero (Aẓeru)

En su despedida se cumplió sus deseos ya que en su funeral se congregaron familiares, amistades y cientos de personas al son de pitos, tambores y chácaras junto a jóvenes ataviados de carneros y un ramillete de siemprevivas en su ataúd, flores que siempre acompañaban a este amante de la naturaleza. 

Una vida polifacética pero comprometida 

Ramón Padrón Cejas nació el 24 de enero de 1945 en Frontera. Es descendiente de célebres folcloristas de la isla como su abuelo que fue guío de los bailarines de El Golfo o su padre, Benito Padrón Gutiérrez, cantador y tocador de tambor. Ramón fue un hombre trabajador y polifacético siendo comerciante, agricultor, fotógrafo y guía de museos. 

Ya en los años cuarenta del siglo pasado trabaja con su padre en la recuperación de la tradición perdida de los Carneros de Tigaday. Se trata de un carnaval tradicional de posible origen norteafricano y que hoy se ha convertido en el acto más popular de estas fiestas en Frontera, lo que le ha valido su reconocimiento como Bien de Interés Cultural en 2018. 

En 1976 fundó la mítica Agrupación Folclórica Tejeguate vinculando a los cantadores y tocadores más afamados de El Golfo. De esta manera, logró en pocos años hacerse un nombre entre los mejores grupos tradicionales a nivel nacional llevando a los escenarios y romerías de todas las islas del país sus medas, vivos, tangos, berlinas, santos, cantos de trabajo y mazurcas. Sin embargo, qué duda cabe que el mayor logro de Tejeguate fue la trasmisión a las nuevas generaciones del amor por la música y las tradiciones de la isla.
"Ramón siempre mostró cariño por su pueblo y los cantos que escuchó desde niño lo que impulsó su deseo por trasmitirlos a las nuevas generaciones."

El Grupo Tejeguate, con medio siglo de historia, fue fundado por Ramón Padrón. Foto: Tejeguate.

En 1977, gracias a su mediación con los bailarines de El Pinar, conseguiría que El Golfo volviera a estar presente con su propia demarcación en la Bajada de La Virgen de Los Reyes

En los años setenta desarrolla su faceta profesional de fotógrafo para distintos medios de comunicación documentando los paisajes, fiestas populares y vida social de su isla. Ramón llegó a salir en la portada de la Revista Interviú por documentar la tragedia del avión militar estadounidense estrellado en El Hierro en el año 1997. También fue guía del Etnomuseo de Guinea, entre otras ocupaciones. 

Ramón siempre mostró un gran cariño por su pueblo y por esos cantos que escuchó siempre desde niño, lo que impulsó su amor por las tradiciones de los mayores y su deseo por trasmitirlas a las nuevas generaciones. Todo esto se vio reflejado en un tesón y trabajo que duró décadas. 

Toda esta labor fue reconocida con galardones de la talla de la Medalla de Oro de Canarias a la Cultura Popular (2017), el Premio de la A.C. Amador (2016) o el Premio CIT amigos del Turismo (2022). Durante estos últimos años también contribuyó a la investigación etnográfica sobre el Lenguaje Silbado en El Hierro aportando valiosa información. Este pasado mes de enero Ramón decidió donar al Cabildo de El Hierro su archivo audiovisual que guardan fotografías y videos que documentan la historia de El Hierro desde los años setenta. 

Reflexión en torno al legado de Ramón 

Ramón Padrón con los Carneros de Tigaday. Foto: Desconocido. 

La vida de Ramón ‘el de Tejeguate’ giró en torno a la convicción de que tenía como deber la conservación de la tradición, especialmente la folklórica, y su trasmisión a las nuevas generaciones. Es por ello que su aportación lo hará figurar con luz propia entre otros grandes maestros de la isla que fueron fuente de inspiración para Tejeguate como Valentina De Sabinosa, Gregorio Padrón, María Armas, Valentín Cejas, Lola Padrón...etc. 

Conocido por su personalidad generosa, positiva, abierta, amante de la naturaleza, los animales y su tierra, Ramón jugó el rol de Amusnaw amazig o ‘sabio’ en la tradición de su isla. Gracias a la pasión y compromiso de figuras populares, normalmente poco conocidas como Ramón, la canariedad se resiste a sucumbir de manera definitiva. 

"El día que yo me muera/ 
que vayan a enterrar/ 
al son de pito y tambores/ 
y chácaras de moral"

Vaya este humilde reseña como homenaje a su persona. 

10 feb 2024

¿Aborígenes?

Memorias Guanches. Foto: Roberto Melo López.

IẒUṚAN. Durante el siglo XX se promovió desde el ámbito académico el uso del término ‘aborigen’ para englobar a la población originaria de Canarias. En la actualidad, esta denominación ha trascendido al habla popular desplazando en buena medida los términos tradicionales como "guanches" o "antiguos canarios". No obstante, desde hace décadas este apelativo está siendo puesto en cuestión y abandonado por algunos investigadores. 

Contextualización histórica

Las fuentes históricas escritas y orales nos transmiten que la población originaria del país usó diversos autónimos normalmente delimitados al ámbito insular; bimbapes o bimbaches en El Hierro, mahos en Lanzarote y Fuerteventura, guanches en Tenerife, gomeros en La Gomera, palmeses o palmeros en La Palma y canarios en Gran Canaria. Sin embargo, ya las primeras fuentes documentales se tiende a generalizar al conjunto de isleños con la denominación de "canarios" como se comprueba en la crónica normanda de Le Canarien, así como ‘naturales’ o ‘antiguos isleños’ en Abreu Galindo. 

Durante el siglo XVIII y XIX los autores harían uso de términos diversos como los tradicionales ‘antiguos isleños’, ‘naturales’ y especialmente ‘guanches’, pero también comenzarían a incluir 'indígena' y 'aborigen'. En el caso de "guanche" si bien denominaba inicialmente a los naturales de Achinech (Tenerife), acabaría por extenderse en el lenguaje científico y popular para denominar a la población originaria de todo el archipiélago. Pero sería en la segunda mitad del siglo XX cuando se consolidaría "aborigen" como término generalizador del registro culto que adoptarían la práctica totalidad de autores. ¿Tuvo que ver esto con las teorías prehistoricístas que hablaban de un "pasado neolítico" en Canarias?

Esta tendencia terminológica iría acompañada de una progresiva denostación del término étnico y popular "guanche", especialmente en el último tercio del siglo pasado debido a diversas causas. Entre ellas, pudo afectar el auge del nacionalismo canario popular que defendió un guanchismo anticolonial como símbolo de identidad. Esto provocó una "reacción anti-guanche” que lo confrontó  implementando narrativas terminales que insisten en la extinción de la herencia indígena. A esto habría que sumarle el desarrollo de los cabildos y sus competencias en materia de arqueología que impulsarían la insularización de las investigaciones. Este especial protagonismo de los cabildos coincidió con un un nuevo repunte del insularismo político tradicional en los sectores más conservadores de país.  

"Durante el siglo XX se consolidaría ‘aborigen’ mientras se denostaba el término étnico y popular guanche"

Problemas de “aborigen” 

El apelativo "aborigen" ¿promueve estereotipos prehistóricos?. Dibujo: Mundo Guanche

Aunque el significado de aborigen es de algo o alguien originario del territorio, parece haber estado más restringido al contexto de Australia. Este término aparece en inglés (aboriginal) desde el siglo XVII y significa “desde el origen” (en latín ab origine) convirtiéndose en la denominación usada por los europeos para los habitantes originales australianos y más recientemente para los canarios o cubanos. Algunos investigadores no sólo han abandonado el uso de este término sino que también han explicado por qué lo consideran incorrecto o inapropiado. Algunos autores como el psicólogo Pedro Hernández-Guanir, el paleontólogo Francisco García-Talavera o el Doctor en Historia José Farrujia de la Rosa, se han mostrado públicamente críticos con dicha denominación. 

Problema terminológico y la continuidad 

A pesar de ser sinónimos, existe un debate sobre la conveniencia del término “indígena” frente a “aborigen” en Canarias, planteamiento que propone el historiador Jose Farrujia. Para Farrujia, "aborigen hace referencia a las poblaciones que están en un lugar desde los orígenes” y esto no ocurre con los primeros habitantes de Canarias pues “proceden del norte de África, no pueden ser catalogados como aborígenes una vez asentados en las islas”. También considera que los "aborígenes son originarios de un país o territorio, por oposición a los que se han establecido posteriormente” por lo que los antiguos isleños fueron “oriundos del Norte de África, y sus descendientes serían indígenas (del latín inde geniti, egendrados allí) canarios. 

Sin embargo, podría esgrimirse que las Islas Canarias se encuentran en el Norte de África como Irlanda en el Norte de Europa. Es más, según la RAE ambos términos son sinónimos y según la perspectiva parecen adaptarse a la realidad histórica canaria. La cuestión es ¿de verdad significan exactamente lo mismo? ¿hay matices entre un término y otro? Veamos: 

RAE: Aborigen

1º adj. Originario del suelo en que vive.

2º adj. Habitante de un lugar, por contraposición al establecido posteriormente en él.

Sin.: indígena, autóctono, nativo, natural, originario, oriundo, primitivo.

RAE: Indígena

1º adj. Originario del país o territorio que se trata.

2º adj. Dicho de una persona: Que forma parte del pueblo originario que se asentó en un país o un territorio y que suele conservar su identidad y su cultura tradicional.

Sin.: aborigen, autóctono, oriundo, nativo, natural, originario.


Existe un vínculo biológico y cultural entre la antigua población amazigh de Canarias y la población actual. En la imagen, la alfarera Juliana Suárez Vega (Julianita) de Hoya Pineda (Galdar, Gran Canaria) en los años noventa del siglo pasado. Foto: Desconocido.

Si comparamos ambas definiciones, en la segunda acepción parece haber connotaciones dispares y sabemos que los usos no son idénticos a nivel internacional. La palabra indígena es un término más ampliamente aceptado y utilizado internacionalmente en diversas partes del mundo, siendo “aborigen” más restringida y acotada a países más concretos: Australia y Canarias. Si nos atenemos a los matices y los hechos, el término “aborigen” se ha asociado con poblaciones originarias que tienen una relación más distante con aquellas que llegaron después simplificando y no reconociendo las interacciones y relaciones entre las poblaciones a lo largo del tiempo. El caso paradigmático es sin duda el australiano. 

Por otro lado, a diferencia de “aborigen”, el “indígena” parece ser más inclusivo reconociendo las interacciones con poblaciones que arribaron después. El indígena no implica necesariamente una separación absoluta entre los pobladores originarios y los que llegaron como el mestizaje o el intercambio cultural. Esto lo ilustra claramente el caso de los pueblos indígenas ibéricos o americanos que siguen existiendo hasta nuestros días. Si consideramos que la población canaria actual está vinculada biológicamente y culturalmente con la población originaria del Archipiélago, el término ‘aborigen’ que delimitaría tajantemente una población de la otra no sería el más apropiado. En este aspecto, sería más adecuado el uso de indígena. 
"Si   la   población  canaria  actual  está vinculada con la población originaria el término   ‘aborigen’   no   sería   el  más apropiado."

 Problema de la connotación colonial 

El calificativo "aborigen" ha sido objeto de críticas por sus connotaciones coloniales y etnocéntricas ya que a menudo se ha utilizado históricamente para describir a los pueblos indígenas desde una perspectiva eurocentrista. 

Si en un país del mundo el término aborigen ha arraigado es en Australia. En inglés, el uso de aboriginal como denominación posee actualmente connotaciones negativas y desde hace décadas se ha cuestionado esta denominación para el conjunto de pueblos autóctonos de Australia. Para una parte de los australianos originarios, el término es despectivo e incluso ofensivo, aunque se prefiere el de Aborigines (con mayúscula) como denominación diferenciadora de otras poblaciones del mundo. Por todo ello, el Gobierno australiano utiliza desde los años ochenta del siglo pasado la expresión “indígenas australianos” (indigenous Australians). Sin embargo, hay originarios australianos que simplemente prefieren sus denominaciones regionales como los koori, murri, nyoongah o yolngu

Habitantes originarios de Australia encadenados a finales del siglo XIX.
Foto: State Library of Western Australia.

"Aborigen es peyorativo y discriminatorio, mantiene el discurso neo-colonial”

"Aborigen" es menos usado en América pero del mismo modo se ha asociado a la colonización europea y la subyugación de las poblaciones americanas originales. Su uso se ha vinculado tradicionalmente con narrativas que retratan a estas poblaciones como “primitivas” y “atrasadas”, como ocurre con los taínos de las isla del Caribe. 

En Canarias, otro país del mundo donde este término se ha consolidado, hubo que esperar al 2009 para leer las primeras críticas públicas al concepto. En este caso, el historiador José Farrujia señaló el "carácter peyorativo, discriminatorio, pues mantiene el discurso neo-colonial y las relaciones sociales de dependencia (…) de los conquistados en relación a los conquistadores”. Este discurso se vincula con la idea supremacista de “seres que aún no han llegado al estadio de ‘civilización’ e implica la infravaloración de la identidad e historia e sociedades que se considera diferentes e inferiores”, concluye Farrujia. 

Es evidente que la etimología del término refleja la perspectiva europea que ubica a los indígenas en relación con la llegada de los colonizadores, como si su historia y existencia comenzaran en ese momento. Y es que, como ya muchos autores internacionales han señalado, no existieron “aborígenes” antes de las conquistas europeas. 

 Conclusión 

Si en Canarias este término no tuvo ningún arraigo en particular y ya se usaba ‘indígena’ y ‘guanche’ a nivel popular ¿por qué se promovió este término especialmente en la segunda mitad del siglo XX? 

A modo de conjetura, consideramos que la especial predilección de “aborigen” pudo formar parte de una reacción político-cultural del ámbito académico frente al indigenismo guanchista característico del nacionalismo canario de segunda ola. El objetivo pudo ser consolidar la idea de la ruptura entre población originaria amazigh del archipiélago y la actual frente al discurso de continuidad guanche instrumentalizado por el nacionalismo isleño. Esto coincidió además con un repunte del insularismo político en consonancia con la insularización de las investigaciones arqueológicas que pasaron a ser competencias cabildicias. Esta hipótesis merece ser estudiadada. 

No insinuamos, en ningún caso, que aquellos investigadores o personas que usan preferentemente “aborigen” sean partidarios de narrativas terminales o colonialistas. Del mismo modo, no pretendemos sentar cátedra sobre cuáles son las denominaciones correctas e incorrectas. Nuestra única intención es dar a conocer el cuestionamiento del término “aborigen” sin ocultar nuestra toma de posición por el respeto a nuestros ancestros y su herencia.

Exposición "Caras ancestrales" de Francesca Philips con fotos de canarios actuales con ascendencia amazigh.

PARA SABER MÁS: