José Farrujia*. Se ha difundido entre los medios
de comunicación la noticia sobre el hallazgo de un yacimiento romano en la isla
de Lobos. La noticia se ha presentado, una vez más, y como viene siendo
habitual por estos lares, antes del pertinente trabajo de investigación, del
pertinente trabajo de laboratorio, de las pertinentes conclusiones fruto de la
teorización y del apoyo de las dataciones absolutas.
Desde la década de 1960 ya se
viene hablando en Canarias de la presencia romana en las islas (a partir de
evidencias arqueológicas y no exclusivamente de las fuentes escritas). Por
tanto, la noticia aparecida en prensa no debería sorprender, al menos a priori.
Me remito a los textos de Blázquez o Álvarez Delgado, entre otros
investigadores de esa época.
No obstante, el gran error reside
en seguir apostando, “vendiendo” esa concepción “elitista”, “occidental”,
“mediterránea” de nuestra Prehistoria. La presencia de material romano en
Canarias (ánforas, vidrio...) es un hecho hoy en día incuestionable. Así lo han
puesto de manifiesto los hallazgos subacuáticos en aguas Canarias o las
excavaciones en yacimientos como El Bebedero.
¿Pero quiénes son los
responsables de la presencia de este material en las islas? Obviamente, los
romanos no. Todo apunta, en función del conocimiento científico actual, a que
fueron las propias sociedades imazighen las que, tras su contacto con el África
Romana, asimilaron algunos elementos de la cultura romana, introduciéndolos
luego en nuestras islas. Asimismo, tampoco deberíamos descartar la existencia
de intercambios comerciales entre las sociedades indígenas canarias y gentes
romanizadas procedentes del norte de África. Por este motivo, precisamente, la
representatividad del material romano en los yacimientos, en comparación con el
material de factura indígena, es muy pequeña. Es decir, hay muy pocos
materiales romanos, frente al predominio de los materiales indígenas. Por
tanto, el contacto existió pero no fue lo suficientemente intenso ni continuado
en el tiempo como para generar una romanización de las islas, con presencia en
el registro arqueológico de otros elementos como templos romanos, calzadas,
acueductos, anfiteatros, etc., como sí sucedió en el Norte de África y en otros
ámbitos del Imperio romano.
Para la intelectualidad canaria
“occidentalizada” y para los políticos de ciertas tendencias, sigue siendo más
elitista, más enriquecedor, más interesante, insertar a Canarias en Europa, en
la cultura del Mediterráneo, en definitiva, en la Historia Universal, a partir
de la relación del Archipiélago con el Mundo Clásico.
Hasta tanto la Arqueología no
demuestre lo contrario, las Islas Canarias fueron pobladas, a mediados del
primer milenio a.n.e., por sociedades imazighen, procedentes del norte de
África. Con posterioridad, en torno al cambio de Era y coincidiendo con la
dominación romana del norte de África, se produjo una segunda arribada de
poblamiento al Archipiélago. Este sustrato amazigh explica la presencia de
escritura líbico-bereber en todas las islas, así como de otra serie de
manifestaciones culturales y mágico-religiosas propias de los antiguos amazigh.
Asimismo, desde el punto de vista genético, un 55% de los linajes indígenas
tienen sus homólogos más cercanos en el Magreb.
La presencia de cerámica
sigillata en el yacimiento de Lobos no debe sorprendernos, básicamente porque
la denominada “Sigillata africana” se produjo en el África proconsular y
Mauritania desde el siglo I al VII, fechas en las que las Islas Canarias ya
estaban pobladas. En una primera fase (terra sigillata africana tipo A) solo se
usaba para el comercio local, no siendo hasta la época flavia cuando comenzó su
comercialización a gran escala. Incluso la sigillata africana de época más
antigua imitó la forma de las sigillatas hispanas y sudgálicas.
Esperemos, pues, a los estudios
científicos del equipo al frente del yacimiento en la isla de Lobos, para
evaluar la verdadera potencialidad de este yacimiento y sus implicaciones
crono-culturales en la arqueología ínsulo-amazigh.
José Farrujia* Doctor en Prehistoria
2 comentarios:
Lo que nos está diciendo el doctor Farrugia, educadamente, es que una buena parte de nuestras Universidades está alienada y autocolonizada, es decir, no sabe donde eatá Canarias y, por acción o por omisión, son capaces de producir unos titulares periodísticos politicamente sectarios. ¿Una factoría romana en un islote sin agua? (Véase Le Canarien, cap. XI y XX). ¿O el aprovechamiento circunstancial de determinado mulusco y de los lobos marinos cuando las islas mayores ya estaban pobladas? Ahul.
Vaya, vaya. Estando de acuerdo con don José me pregunto dónde estaba él cuando el disparate Zanata; que desde luego salió más caro al erario público amen de la vergüenza científica. " «Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras»
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