Como sabemos, la inmensa mayoría de los restos lingüísticos del antiguo bereber hablado por los antiguos isleños lo encontramos en la toponimia, es decir, en los nombres de lugar. Si bien aún conservamos una cantidad importante en casi todo el Archipiélago no es menos cierto que estos han ido perdiéndose con los siglos. Así Ajey pasó a llamarse San Bartolomé en Lanzarote, Tasaute se sustituye por Santa Brígida en Gran Canaria, Aguere por La Laguna en Tenerife o Tedote por Santa Cruz de La Palma. En la isla de El Hierro también se impone el mismo fenómeno desde que el castellano se impuso en la isla del meridiano. Los ejemplos son numerosos; Playa Ícota por Playa Dulce, Tésera por El Conchero, Joapira por El Campanario o Montaña de Iramas por Montaña de Prim. ¿Cuántos otros se habrán perdido en la memoria popular y cartográfica?
En ocasiones la documentación histórica guarda registros de viejos topónimos desconocidos e indocumentados en los mapas, incluso agonizante en la memoria de los mayores o del todo desaparecidos. Eso parece ocurrir con unas cuevas ubicadas en Arema, Valverde (El Hierro). Las Cuevas de Tesapaca las encontramos en la documentación pero no en la cartografía insular ni en las recopilaciones toponímicas por lo que creemos que se trataría de un topónimo inédito. Creemos que revelar estos datos puede ayudar a indagar en la oralidad herreña una posible vigencia del mismo en la actualidad.
“(…) señaladamente obligan, el dicho Señor Don Antonio Asedor ciete fanegas de tierra en Arema que lindan por la cauesada con las Cuebas de Tesapaca, y camino por los pies y poniente camino, y por el naciente barranco (…)”
[AHPLP. Protocolos de José Agustín de Alvarado. Las Palmas. 1783. f.124v]
“(…) obligo por bienes del dicho Hazedor Don Antonio Espinosa siete fanegadas de tierra en Arema que lindan por la cavezada con las Cuebas de Tezapaca, y camino real por los piez, y poniente camino, por el naciente barranco (…)”
[AHPLP. Protocolos de José Agustín de Alvarado. Las Palmas. 1783. f.135r]
Autores: Víctor Perera Mendoza y Rumén Sosa
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