IZURAN. La higuera (Ficus carica) fue el árbol frutal más importante para los antiguos canarios. Tras la conquista europea, aunque se introdujeron numerosas especies de frutales procedentes de distintos lugares, la higuera no perdió protagonismo: siguió cultivándose y se integró profundamente en la nueva sociedad colonial y en la cultura popular. No obstante, todavía se desconoce con certeza cuál fue su distribución en el conjunto del archipiélago, ya que, por ahora, su presencia solo se ha constatado arqueológicamente en Gran Canaria.
Origen de la Higuera
La higuera es uno de los frutales más antiguos de los que se tiene referencia escrita, lo que permite rastrear su presencia y relevancia en las antiguas sociedades de Oriente Próximo, región en la que se sitúa su origen. Desde allí se habría expandido hacia el Mediterráneo, tanto al norte de África como al sur de Europa. Algunos investigadores incluso proponen que pudo ser una de las primeras especies vegetales domesticadas por el ser humano.
La higuera entre los antiguos canarios
El cultivo de la higuera en la Canarias precolonial está documentado arqueológicamente, al menos entre los canarios —la población amazige de Gran Canaria—. No obstante, esto no permite descartar su presencia en otras islas del país, a la espera de que futuros trabajos arqueológicos puedan confirmarlo.
Algunos autores han atribuido la presencia de este cultivo en Gran Canaria a su introducción por parte de los misioneros mallorquines llegados en el siglo XIV. Sin embargo, fuentes anteriores, como la del escritor Giovanni Boccaccio, quien en 1341 narra la expedición del genovés Nicoloso da Recco al archipiélago, ya lo describen con anterioridad. Todo indica, por tanto, que las higueras fueron introducidas desde el vecino norte del continente por las propias poblaciones que arribaron a las islas.
«Costeando la isla (de Gran Canaria) para dar vuelta a ella, la encontraron mucho mejor cultivada por la parte del norte que por el mediodía. Vieron gran número de casas pequeñas, de higueras y otros árboles: palmas sin fruto, jardines con legumbres. Entonces se decidieron a saltar en tierra... Rotas, en fin, las puertas entraron en la mayor parte de estas habitaciones y no encontraron sino excelentes higos secos conservados en cestas de palma, tales como vemos los de Cesene... La isla les pareció muy poblada y bien cultivada; produce grano, trigo, frutas y principalmente higos...».
«Cuando se les condujo a bordo (los naturales) comieron pan e higos y dieron a conocer gustarles el pan, aunque nunca lo habían probado; rehusaron absolutamente el vino y no quisieron beber sino agua».
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Como vemos, los higos debieron estar muy presentes en la dieta de los antiguos canarios siendo una fuente relevante de energía y fibra. Además, sabemos que no sólo los consumían frescos pues queda bien atestiguado en las fuentes que sabían tratarlos para consumirlos pasados a través de diversos procedimientos de conservación. El objetivo era tener una fuente de reserva de alimento importante en los meses de invierno:
«Guardábanlo todo el año; echábanlos a pasar en esteras de junco, y guardábanlos después de pasados en grandes esportones como seras, que llamaban carianas; después los prensaban y hacían llanos, y los ensartaban en juncos y los colgaban y guardaban. Otros los majaban y hacían grandes pellas, y así los guardaban todo el año» (De Abreu Galindo [1602] 1955).
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Restos arqueológicos de higos hallados en La Fortaleza de Tirajana. Foto: La Fortaleza. |
Como explica el mismo cronista, en la Guerra de Canaria (1478-1483) que enfrentó a los canarios frente a Castilla y que culminó con la conquista europea de la isla, una de las estrategias a seguir por los castellanos fue la tala de higuerales y la destrucción de campos de cereales con el fin de provocar el hambre y forzar la rendición.
AMAZIGE DE CANARIAS
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CASTELLANO
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Tazarte (topónimo)
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¿Higuera? ¿higos?
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Arehormaze
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Higo verde
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Tehaunenen
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Higo maduro, pasado.
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Goran
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Cerco para proteger higuera
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Carianas
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Esportón (especie de cesto)
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La higuera en la cultura canaria de los últimos siglos
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Campesina herreña en los años 80 del siglo XX, El Pinar. Foto: Rec. Fran. |
Adivina: "Sobre ti me escarrancho, ella se balancea, yo con el gusto me marcho y tu con la leche te quedas." Solución: La Higuera. Recogido en El Hierro del sabio Eloy Quintero.
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¿Qué significó la higuera en el imaginario y cultura de los antiguos canarios? Desde luego, debió ocupar especial protagonismo pero en las fuentes documentales no se han encontrado referencias al respecto. Sin embargo, en la cultura tradicional canaria sí existen referencias orales que nos hablan de su importancia en el imaginario popular. Al ser un cultivo precolonial podrían haberse transmitido algunas de estas concepciones a la que también pueden haberse sumado ideas provenientes de los antiguos colonos ibéricos, especialmente portugueses, que también estuvieron muy presentes en el sector agrícola.
Lo que sí es seguro es su gran extensión por todo el archipiélago encontrándose en gran cantidad en todas las islas pero muy diseminadas. Evidencia de ello es su amplia presencia en testamentos y documentos de propiedad, siendo además uno de los topónimos más utilizados en el país, siendo difícil encontrar un municipio que no tenga algún lugar que haga referencia a esta especie; La Higuera Canaria (Telde), Higueras de Idafe (El Paso), La Higuera Gomera (Vallehermoso), Higuera de las Ánimas (El Tanque), Barranco de la Higuera (Yaiza)…
Su gran capacidad de adaptación hizo que, si bien es considerada un frutal de segundo orden, fuera y sea muy apreciado. Su fruto se degustaba tanto fresco como pasado, siendo esta última de gran importancia pues permite disponer de una fuente nutritiva para los momentos más difíciles de disponibilidad alimentaria en los meses de noviembre y diciembre antes de la cosecha de papas inverneras así como los meses de marzo y abril antes de la cosecha de papas veraneras.
El higo pasado fue algo más que un complemento para la dieta del campesino, sino que para los más pobres se convertían en el conduto, parte principal del almuerzo acompañado de gofio. Además de su fruto, se destaca el uso de sus hojas como un gran forraje o decoración en las fiestas y su látex para ciertos tratamientos.
“Las hojas de los higos, el que no tiene cabras las regala”
Agricultor de Las Casas (El Hierro) en Lorenzo Perera (1981)
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Higuera herreña. Foto: Cabildo de El Hierro. |
Aunque su madera no es tan valorada, ni siquiera como leña, se sabe de su uso para la construcción de instrumentos musicales como castañeta en La Palma o sus raíces para construir con ella la bola del juego de la pina en islas como Fuerteventura. Responder de estribillo de romances: “Castañuela de brevera, toca como otra cualquiera” Pérez, 1968. Por último, se cultiva en espacios inhóspitos como malpaíses, nateros o lindes de propiedades, siendo muy valorado en las islas más áridas como Fuerteventura y Lanzarote.
Su arraigo y este aprecio popular puede apreciarse en las numerosas menciones en cantares, refranes, adivinas y usos medicinales así como sobre las ideas asociadas a esta especie. Superstición y ritual sobre la higuera Quizás sea la superstición más popular y se basa en la creencia de que la sombra de la higuera pueden afectar negativamente a la salud de las personas. “La sombra de la higuera mata a cualquiera”. Según esta creencia, esto suele ocurrir en mayo cuando la higuera esta frondosa y acude la gente a coger higos tempranos -y no cuando son higos tardíos-.
En la mentalidad tradicional del campesinado canario se condiera que al entrar el cuerpo sudoroso da un “mal aire” que puede generar un “paño” (mancha) en el rostro. Sin embargo, también se recoge de la tradición oral, en este caso del pastor tinerfeño Salvador González Alayón, un ritual para contrarrestar este riesgo. Este consiste en en arrancar tres hojas antes de sentarnos a su sombra recitando la frase “Una, dos y tres, sombra negra no me des” tres veces consecutivas, lo cual serían en total nueve hojas. Tras finalizar este rezado estaríamos libres de sufrir el mal aire.
Sin embargo, esta tradición no es única de nuestro país, también la encontramos en América Latina, la Península Ibérica, algunas islas del Mediterráneo y regiones italianas. Esto nos lleva a preguntarnos sobre si esta percepción negativa pudiera tener un origen religioso de carácter católico. En la segunda parte del artículo exploraremos la cultura de la higuera en el mundo amazige continental en busca de respuestas.
REFERENCIAS