20 mar 2012

En busca del misterio de los númidas





Arqueólogos catalanes desentierran en las ruinas de Althiburos, en Túnez, el pasado de los jinetes más famosos de la antigüedad; el pueblo amazigh de Los Númidas. Habitaban próximos al Arco Libio-Tunecino, región periférica de Cartago de la que posiblemente llegaron parte de los antiguos canarios.

Jacinto Antón. El País. “Eorum in equitatu maxima laus fuit”. Su mayor gloria fue la caballería. La palabra númidas conjura la vertiginosa imagen de la caballería ligera más famosa y decisiva de la antigüedad. Los jinetes que ayudaron a Aníbal a convertirse en leyenda, que luego colaboraron resolutivamente a su derrota en Zama y que más tarde cabalgaron junto a César en sus campañas en la Galia. Convertida en indispensable fuerza auxiliar de las legiones, la caballería númida era tan emblemática como los honderos baleares, los arqueros cretenses o los nadadores bátavos. Tito Livio, admirado de su virtuosismo ecuestre los comparó con los desultores del circo, los acróbatas caballistas, por tener la misma capacidad de saltar de un caballo a otro, incluso en pleno combate. ¿Pero quiénes eran esos númidas ágiles y veloces que han dejado un rastro de sobresaltado respeto en el mundo antiguo?