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Foto: Film Sous de figues. |
IẒUṚAN/Rumén Sosa. En casi todos los pueblos norteafricanos la tazart ⵜⴰⵣⴰⵔⵜ (higuera en amazigh) o karmous (en árabe) es el árbol frutal más estrechamente asociado a la vida rural, incluso más arraigado que el propio olivo o almendrero.
Se extiende por casi toda África del Norte, especialmente en las regiones mediterráneas y atlánticas. Así lo encontramos desde la región del Sus (vecino sur de Marruecos) hasta el extremo oriental de Tripolitania (Libia); desde la rivera mediterránea hasta en oasis del Sahara Central. Sin embargo, en cada parte su cultivo y producción suele presentar variaciones dependiendo de las zonas. Las regiones de mayor concentración y producción son las más húmedas y mediterráneas: el Rif occidental (norte de Marruecos), Cabilia (norte de Argelia), los valles del Aurés (Argelia) y el nordeste tunecino.
La higuera en el imaginario amazige continental
No conocemos grandes estudios sobre los usos, prácticas y creencias en torno a la higuera en el conjunto de pueblos amaziges pero sí contamos con algunas indagaciones en la región de Cabilia (norte de Argelia) y Jebala (Rif, norte de Marruecos, que aunque hoy sea mayoritariamente abrabo parlante se trata de un territorio de profundo arraigo bereber).
La higuera es valorada y ocupa un lugar intermedio entre el ser humano y las fuerzas divinas por lo que es habitual encontrar al menos un ejemplar próximo a una casa rural que tenga tierras. Es considerado un árbol generoso y protector pero también frágil y sensible. Al ser sus ramas flexibles y frágiles pero generosa en frutos, se asocia a la virtud de la mujer joven; el himen es frágil y necesita ser bien conservado por el árbol (la chica joven) y su propietario (sus padres).
Para reforzar la protección del fruto, en la región Mtioua de Taounate se considera que el higo es solo generoso con su dueño por lo que cuando alguien los roba y mezcla con los suyos puede maldecir la cosecha del siguiente año o generar enfermedades incurables en la familia.
Su importancia es tal que cada nuevo hogar intenta plantar una higuera en su jardín con el objetivo de perpetuar la raíz (en referencia al origen), es decir, enraizar firmemente el vínculo perpetuo con la familia y seguir beneficiándose de este árbol protector.
Para los gomeros (ghommara) del Rif y otros habitantes de Djebala, es un árbol que puede alejar los rayos del hogar y todo tipo de fuerzas dañinas para la familia, siendo mágico para fertilizar las plantas, curar sus enfermedades o ahuyentar a las pulgas.
El higo, más que un fruto para los amaziges
Con respecto a los higos pasados, estos constituyen la principal ración alimentaria para los pastores, agricultores y otras personas que pasen el día fuera de la casa. Del mismo modo que en Canarias, el higo pasado constituye un complemento alimenticio de gran valor que puede conservarse en el tiempo. Como documentan las crónicas isleñas, es también tradicional en el continente, al menos en la región de Sus, conservarlos aplastados y unidos por un hilo (takurrut).
PARALELISMO CON CANARIAS: Como señaló Ahmed Sabir, en la región del Sus (sur de Marruecos) la conservación del higo (tazart, abuzzig o aqurru) se basa en `pasarlo al sol y su posterior prensa y aplastamiento. Posteriormente, se ensartan en finas cuerdas de hojas de palma conservándose así colgados de algún gancho (takurrut). Actualmente, estos higos pasados ensartados se encuentran en los zocos de Marruecos pero en vez de con cuerdas de hojas de palma con hilos de naylon. Esta práctica tradicional también se documenta en Gran Canaria: "(Los higos) Era principal mantenimiento de toda la isla. Guardábanlo todo el año; echábanlos a pasar en esteras de junco, y guardábanlos después de pasados en grandes esportonoes como seras, que llamaban carianas; después los prensaban y hacian llanos, y los ensartaban en juncos y los colgaban y los guardaban." J. Abreu Galindo (1590) |
El hecho de que el higo incluya en su interior numerosos granos, al igual que la granada, evoca una imagen asociada a la fertilidad y benevolencia. Por ejemplo, en algunas regiones como el Rif occidental, las mujeres que desean tener hijos toman en su desayuno un higo creyendo que uno de sus granos machos podrían ser capaz de fecundarla y acabar con su esterilidad. Incluso, en ciertas regiones el higo es sinónimo de testículos.
Esta consideración sobre el higuera en el imaginario se llega a concretar tradicionalmente en algunos ritos. Por ejemplo, en algunas zonas se enterraba al pie de la higuera la placenta de la mujer que ha dado a luz con el fin de tener abundante leche para que el recién nacido y que sea fuerte y vigoroso. Esta idea se origina debido a la asociación que se produce con la leche producida por los higos antes de madurar y su leche materna (las higueras representan una especie de leche, capaz de transferirla generosamente a las mujeres que carecen de leche para sus hijos).
En algunas poblaciones las hojas de higuera se han usado como medio para la adivinación escribiendo peticiones en ellas; se secan rápido es mal augurio siendo buena señal si se conserva fresca. Finalmente, es a la sombra de esta misma higuera donde al recién nacido se le afeita por primera vez la cabeza y se le cortan las uñas, antes de enterrarlo todo al pie del árbol. Estas prácticas rituales se heredan y hacen que el árbol pertenezca así a toda la familia.
Por todo ello, en el derecho consuetudinario está prohibido arrancar o talar higueras bajo la pena de la obligación de plantar una en el mismo lugar.
Conclusiones; concepciones Canarias y el Continente.
La cultura amazige continental en algunas regiones ha conservado elementos de carácter presuntamente animista en torno a este frutal ¿podría ayudarnola etapa precolonial de Canarias? ¿la concepción más positiva de la higuera en el continente y negativa en las islas tiene que ver con las religiones actualmente hegemónicas en ambas orillas?
Como se sabe, la higuera tuvo un carácter sagrado en diversas culturas antiguas como la egipcia donde se le consideraba símbolo de la vida y la muerte así como de la fertilidad. Sus frutos eran ampliamente consumidos en Egipto y se le relacionaba con varias diosas (Isis, Nut...). Para la civilización griega y romana también fue sagrado (Rómulo y Remo fueron amamantados bajo una higuera). Todas estas culturas tienen en común que coexistieron y se relacionaron con los antiguos pueblos amaziges pudiendo influenciarse mutuamente.
Si bien la influencia de estas civilizaciones pudo influir en esta percepción, debemos tener en cuenta que la información que tenemos sobre ritos relacionados con la higuera en el continente son raros, y se han encontrado unicamente en regiones montañosas especialmente aisladas donde el higo es la principal producción de frutales. Muchos de estos rituales han caído en el olvido hasta el extremo de que sólo sobreviven en la memoria de gente elevada edad.
Con toda probabilidad, entre estas prácticas deber perdurar o perduraron un conjunto de prácticas rituales que hunden sus raíces en las antiguas creencias paganas, ya fueran externas o internas de las antiguas culturas amaziges. Sin embargo, sus persistencias marginales que hoy nos sirven como testimonio también nos explican la dificultad para que estas posibles concepciones y ritos paralelos en Canarias no nos hayan llegado hasta nuestros días. Queda mucho por investigar.
REFERENCIAS
- Abreu Galindo, J. (1590). Historia de la conquista de las siete islas de Canaria. Goya Ediociones.
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