IẒUṚAN. Pedro Hernández-Guanir (San Juan de La Rambla, 1941) no es sólo un especialista en psicología (Licenciado, Diplomado en Psicología Clínica y Catedrático honorífico de la ULL) y educación (Doctor en Filosofía y Letras, Licenciado en Pedagogía), sino una persona comprometida con Canarias y su herencia guanche. Su amor por la canariedad le llevó a coordinar y publicar la popular enciclopedia Natura y Cultura de las Islas Canarias (1977) lo que le acarreó represalias del franquismo. Actualmente, sigue luchando por salvar el proyecto GEVIC (Gran Enciclopedia Virtual de las Islas Canarias) que refleja la lucha contra la injusticia de los que defienden la herencia de su pueblo, del mismo modo que su antiguo tocayo, el guanche que lideró el Pleito de Los Naturales en el siglo XVII.
-Rumén Sosa: Usted adoptó simbólicamente como segundo apellido el término guanche ‘Guanir’ ¿Por qué?
— Pedro Hernández-Guanir: Hay un doble motivo: la referencia guanche, como signo de identidad, y la referencia a la libertad, que es lo que significa 'Guanir', término que me sugirió Don Juan Álvarez Delgado, aunque también se denomina 'Guanil'. En ambos casos, un animal 'guanil' era el asilvestrado, sin marca, sin señal de propiedad… Para mí, ambas referencias han sido importantes.
-R.S.: Cuando usted era un niño ¿recuerda oír hablar de los guanches a nivel popular? ¿qué percepción se tenía de ellos?
— P.H.G: De niño, cuando se hablaba de los guanches eran para considerarlos con orgullo, pues representaban fortaleza física, tesón, honestidad y heroísmo. Todo un mito, igual que El Teide. En mi pueblo, San Juan de La Rambla, visitábamos, en los márgenes de los barrancos, la cuevas 'habitación', con restos de cáscaras de lapas, burgados, abulones y otros mariscos; así como cerámica y lajas de piedra que servían de mesa, marcadas por el humo. También nos adentrábamos por otras, que eran tubos volcánico, con mechones de tea encendida. En las casas de entonces había lanzas para saltar riscos, como en el salto del pastor… Igualmente, presencié alguna extracción de cadáveres y utensilios de cuevas 'sepulcrales', en lugares inaccesibles, como, en el risco del Mazapé, con una larga escalera por un equipo dirigido por el arqueólogo Diego Cuscoy.
"De niño cuando se hablaba de guanches era con orgullo pues representaban fortaleza, tesón, honestidad y heroísmo"
-R.S.:Para denominar al conjunto de la antigua población originaria del país se usan términos como "aborígenes" y, en menor medida, "indígenas" o antiguos canarios. Usted defiende el uso del tradicional ‘guanche’ ¿Puede explicarlo?
— P.H.G: Lo voy a hacer con ocho razones; la primera es que ha sido el término, por tradición, más usado popularmente en todas las islas. Segunda porque científicamente, desde hace siglos, los arqueólogos, historiadores, etnógrafos y lingüistas han denominado a los proto-habitantes de las islas como guanches. La tercera es que la Real Academia de la Lengua (RAE) reconoce a la antigua lengua hablada por los primeros habitantes como el idioma 'Guanche'.
La cuarta es que el gentilicio 'Guanche', aunque se refiere a los antiguos habitantes de Tenerife, por generalización, se aplica a todos los antiguos de todas las islas, al igual que 'canarios', siendo estos los oriundos de Gran Canaria, se generaliza para todos los habitantes actuales de las Islas, constituyendo, en ambos casos, un fenómeno de 'sinécdoque', tomando la parte por el todo o el todo por la parte, siendo común en el lenguaje y en muchos otro gentilicios.
"Guanche aunque se refiere a los de Tenerife se aplica a los de todas las islas, al igual que 'canarios', siendo de Gran Canaria, para todos los habitantes actuales"
En años recientes, cuando se ha verificado la 'pervivencia del hombre guanche' en la actual población canaria, frente al tradicional e interesado mensaje de que los guanches desaparecieron, se ha procurado ridiculizar el término 'guanche' e, incluso, algunos, enfatizando el insularismo y pleito insular, han procurado llamarlos según la denominación originaria de cada isla (Auritas, Bimbaches, Gomeros, etc.). Esto es lógico cuando se habla en particular de cada isla, pero no, para obviar un término general de esa población precolonial.
Incluso, otros prefieren llamarlos indígenas, aborígenes o prehispánicos, «haciendo desaparecer la denominación de origen» eliminando la especificidad 'guanches' para evitar un término genérico para todo el archipiélago y, a la vez, diferenciado, respecto a otros pueblos del mundo.
La séptima razón es que otros, con pretensiones más estrictas, los llaman 'amaziges' o 'tamaziges', que, lógicamente, son sus antecedentes, pero es como si a los balineses se les llamaran austronesios porque el 82% procede de ellos, o a los francés, galos, o a los españoles, celtíberos, con lo que se eliminaría el 'apellido' diferenciador, y cuando se quieren diferenciar a los guanches dentro de sus antecesores, se les llaman 'amaziges insulares'. Y la octava es que todo lo anterior es para evitar el término 'Guanche' como denominación genérica, pues se trata de los antiguos habitantes de Tenerife, sin embargo, no se da esa inquietud con el término 'Canarios', referido a los actuales habitantes, aunque inicialmente eran los oriundos de Gran Canaria.
R.S.: Desde el campo de la psicología a veces se habla de ciertas conexiones inconscientes por vivencias pasadas de generación en generación ¿las ha constatado?
— P.H.G: En terapia, en diferentes ocasiones, he encontrado personas cuyos sueños presentaban clara conexión con costumbres y vivencias guanches en Tenerife o reacciones de esclavos negros en zonas donde se traían para el cultivo de la caña de azúcar como en Telde o en Agaete.
R.S.: Usted suele recalcar que en Canarias siempre existió una importante brecha entre la cultura de la élite y de las clases populares ¿a qué se refiere?
— P.H.G: Las élites canarias cultas, hasta hace menos de 100 años pertenecían a clases sociales altas, incluso, descendientes de conquistadores, que se identificaban con el mundo oficial o cultura distinguida, menoscabando a la gente y a la cultura del pueblo.
En realidad, han seguido la trayectoria, observada, por ejemplo, en las Actas del Cabildo de Tenerife, de desprecio de los nuevos colonos hacia el mundo guanche, de medianías o más popular, como la denominación 'Magos', pues eran los seguidores de Magec, religión y rito de los guanches, siendo el mayor choque el de Los Alzados que perduró casi un siglo después que concluyeran la conquista castellana.
"Las élites cultas pertenecían a clases sociales altas, incluso, descendientes de conquistadores, y despreciaban el mundo guanche, de medianías o más popular"
El divorcio ha sido espectacular, por lo que el pueblo ha estado dejado a la mano de la inercia, pero que, en la actualidad, con la extensión de la educación y la llegada a la universidad de gente de medianías y zonas marginales, esa brecha se hace menos palpable, aunque tampoco exista un movimiento estimulador cultural y canarista en áreas populares.
-R.S.: Se dice que cuando el nacionalismo de segunda ola (años 60-70) asumió el guanchismo, el nacionalismo español pasó de destacar la pervivencia guanche en el pueblo canario como prueba de la bondad del colonialismo español a negarla por completo ¿Fue así?
— P.H.G: Efectivamente, se pasó de la actitud de recuerdo y valoración de lo guanche, como representación del patrimonio histórico español y como bondad colonialista de buen trato con los 'indígenas', a una actitud hostil, despectiva y negadora, al comprobar que la pervivencia guanche en el pueblo canario era un peligro político, o que desequilibraba el statu existente.
R.S.: ¿Cree que la conciencia de la herencia guanche y amazigh puede jugar un rol destacado en la consolidación de la conciencia canaria? ¿Cómo ve las tensiones entre una canariedad hispanista y una más guanchista?
— P.H.G: Creo que negar cualquier realidad es negativo para el desarrollo de una persona o de un pueblo, especialmente, para su identidad, que debe crecer, por una parte, mirando al pasado, tomando como punto de partida el mundo guanche, pero no, hacer del guanchismo la vestimenta canaria.
Por otra parte, sin complejos y purismo, mirando al presente y al futuro contando con los recursos y realidades que existen, sea tecnología, sea migración, sea turismo. Pero esto no significa mero desarrollismo, sino que debe montarse, contando con requerimientos identitarios, ecológicos, economicistas, poblacional, como es el galopante problema de la circulación de vehículos, de la devoración del territorio o de sobrepoblación que exigirá una Ley de Residencia, por ejemplo.
"Nuestra identidad debe crecer tomando como punto de partida el guanche pero no hacer del guanchismo la vestimenta canaria."
R.S.: La magna obra Natura y Cultura de las Islas Canarias fue un factor importante en el despertar de la conciencia canaria de los años 70 ¿Qué cambio supuso ese punto de inflexión en la construcción de la identidad canaria? ¿Qué balance hace de ello?
— P.H.G: Sobre todo, fue un revulsivo, al contar el canario con un «espejo» que no tenía o lo tenía deformado; para valorar su propio mundo y, por lo tanto, incrementar su autoestima colectiva, aparte de incidir también en la escuela y en el ámbito popular, sin que faltara el correspondiente boicot por motivos diferentes.
Por otra parte, marcó un hito para multiplicarse las publicaciones sobre Canarias. La pena es que apareció, pasados los años, una anemia educativa y cultural, sin que hubiera continuidad o, al menos, medidas correctoras, pero ¿cómo las iba a ver, si no ha existido un plan sistemático comprometido?
R.S.: Nos da la impresión de que la sociedad canaria tiene una relación paradójica con su identidad; por un lado, es sensible con ella, pero, por otro lado, parece no valorarla en su justa medida. Desde una perspectiva psicológica ¿cómo se puede explicar esto?
— P.H.G: En la propia psicología del canario está esa actitud identificadora con cualquier asunto (por ejemplo, en una asamblea o conferencia), quedando en la retaguardia, a la expectativa, sin exponerse ni ser asertivo públicamente. Unas veces, por falta de iniciativa, otras, por falta de autoconfianza, miedo, pudor y, sobre todo, por un aprendizaje de siglos de no ser protagonista. Por otra parte, no ha habido ni está habiendo ese aprendizaje de autonomía en la familia y en la escuela, asociada con la propia temática de Canarias. Esto, a su vez, se relaciona con escepticismo y hedonismo para actuar.
R.S.: Del mismo modo que usted impulsó el Natura y Cultura, quiso llevar a las redes la Gran Enciclopedia Virtual de las Islas Canarias (GEVIC) con la promesa de apoyo institucional. Esto supuso una deuda que le ha hecho pasar por una situación personal muy complicada. ¿Cómo valora el rol de las instituciones canarias y su compromiso con el desarrollo de la cultura canaria?
— P.H.G: Son políticos, algún funcionario y mandos intermedios, los responsables de la falta de conciencia canaria, dejadez y obstaculización de que GEVIC no haya sido todavía adquirido por el Gobierno canario, pese a que, estando todo cerrado y hasta firmado, al final de una legislatura, no se materializa y vuelve otra vez la vuelta a la noria… en la IX legislatura (julio 2015- julio 2019), en la X legislatura (julio 2019- julio 2023) y actualmente, cuando se finalizan las firmas en diciembre de 2023, se llega tarde y se pierde la cantidad presupuestada en la legislatura anterior.
Todo ello, pese al apoyo de más de miles de firmas, el dictamen de Consejo Escolar de Canarias y, extrañamente, la desaparición en más de tres ocasiones de distintos documentos con confirmación de registro de entrada. Como ejemplo, la labor del humorista Manolo Vieira fue más determinante que todas las gestiones, pero, al final, tampoco logró ver el resultado esperado.
"Son políticos, algún funcionario y mandos intermedios, los responsables de la obstaculización de que GEVIC no haya sido todavía adquirido por el Gobierno canario"
R.S.: ¿Cómo ve el futuro de la canariedad? ¿qué asignaturas tenemos pendientes? Hay varios aspectos:
— P.H.G: Primero, La canariedad, desgraciadamente, está contaminada por la acción política y eso le resta fuerza. Segundo, la canariedad, psicológicamente, sigue viva, aunque no tenga la repercusión política. Tercero, la canariedad muestra, en algunos sectores y campos, aunque minoritarios, atisbos intensos y esperanzadores. Cuarto, el desarrollo de la canariedad requiere, además del plan político educativo, que es muy importante, una acción coordinadora y motivadora, retomando tantos indicios de la cultura popular de grupos diversos. Quinto y último falta un plan de sinergias que abarque tanto el mundo del turismo, como del folclore, como de la literatura, el periodismo, etc.
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