15 nov 2024

Patrimonio lingüístico amazigh de Puerto de Cabras

   El ponente Rumén Sosa con el maestro y presidente de Maho Cristian Cruz. Foto: Maho
                                   
Foto: Maho

IẒUṚAN. Tetir, Tesjuate, Tefía, Guisguey, Jaifa, Time... son quizás los nombres de lugar amazighes más conocidos en el actual municipio de Puerto del Rosario (antes Puerto de Cabras) en la isla de Fuerteventura (antes Arbanne). Sin embargo, son más de treinta topónimos los que nos han llegado hasta el día de hoy fosilizados en los 289,95 km² de este término municipal. 

Es uno de los datos abordados por Rumén Sosa en la conferencia de este 13 de noviembre pasado en la capital majorera organizada por la Asociación de Juego del Palo Canario Maho y el Ayuntamiento de Puerto del Rosario. Otros elementos fundamentales son los propios guanchismos que persisten en el dialecto canario hablado en la isla siendo algunos de ellos específicos del ámbito insular o de las islas más orientales como tofio, tabajoste, teberite, tajorase o gena

Por último, se puso en valor el protagonismo del pueblo majorero en la conservación de antiguo legado a través de una tradición oral de siglos.

7 oct 2024

La zeta ⵣ, el símbolo de la cultura amazigh ¿qué significa?

                    
IẒUṚAN. La zeta "ⵣ" (aza o yaz en amazigh) es conocida hoy por ser el principal emblema de la cultura y lengua amazigh. Según la creencia popular, la aza sería una figura antropomorfa que representaría el ‘hombre o ser humano libre’, habitante originario de la Tamazgha o Norte de África. Además, no faltan otras interpretaciones de lo más peregrinas...pero ¿qué sabemos con seguridad? 

Este popular símbolo es la consonante fricativa alveolar /z/ del alfabeto amazigh. Elegido al encontrarse en el centro de la raíz de la propia palabra amazigh; MZƔ (ⴰⵎⴰⵣⵉⵗ Amazigh), que a su vez se ha traducido como ‘hombre libre’. 




Este sistema de escritura es producto de la evolución de la antigua escritura norteafricana denominada Líbico-Bereber o Líbico que se originó en siglos anteriores de nuestra era (entre el siglo I y IV a.C.) y se extendió por todo el ámbito territorial donde se habló amazigh. Estos territorios abarcaban desde los desiertos del oeste de Egipto hasta Canarias y desde Túnez hasta los confines del Sáhara. 

El código Líbico cayó en desuso entre las poblaciones amazighes, exceptuando las saharianas alejadas de las influencias romanas, árabes y españolas. Sus herederos y conservadores son las actuales poblaciones tuaregs del Sahara central, que las denominan Tifinagh y la han desarrollaron hasta la actualidad. Es por esto último que la forma de esta zeta es fruto de la evolución de la líbica original por lo que esta fue una creación genuina de los tuaregs.

Variantes de la escritura Tifinagh tradicional de los tuaregs. A la derecha, traducción de la obra de El Principito al tămašăq en escritura tifinagh. Imagen: Association des Amis de l'Art Rupestre Saharien.

Origen del uso identitario de la 

La aza no fue siempre un símbolo señalado de las culturas amazighes. Tradicionalmente, nuestros pueblos amazighes hicieron uso de una simbología geométrica de las cuál hemos conservados bellos ejemplos en Canarias en cerámica, grabados y pinturas. La propia escritura amazigh es marcadamente geométrica y no han faltado los autores que han establecido, probablemente con toda razón, un vínculo simbólico entre el alfabeto y la tradicional geometría amazigh. 

Desde luego, la escritura amazigh es el marcador identitario más destacado de nuestros pueblos tanto por su especificidad como el hecho de que un pueblo africano tradicionalmente juzgado por europeos y árabes como ‘bárbaro’, ‘atrasado’ o ‘inferior’ posea un sistema propio de escritura. 

"La escritura amazigh es el marcador identitario más destacado de nuestros pueblos." 

 Eso mismo debieron pensar los intelectuales cabilios integrantes de la Académie Berbère – Agraw Imazighen, asociación creada por exiliados amazighes argelinos en Paris en la década en 1960. Sus objetivos, como quedó registrado en sus estatutos, eran “hacer conocer al gran público la historia y la civilización de los bereberes y del mismo modo promover la lengua y la cultura”. Los discursos no eran suficientes para una concienciación masiva por lo que los integrantes de la Academia pensaron en la posibilidad de crear símbolos fuertes. 

Mohand-Arab Bessaoud, fundador de la Académie Berbère, mostrando la revista IMAZIGHEN con letras del Neotifinagh con otros miembros de la asociación en los años setenta del siglo pasado.

 El descubrimiento e investigación sobre la escritura Tifinagh conservada por los tuaregs, fascinó a los integrantes de la Académie Berbère pues se trataba de un código genuinamente bereber de gran simbolismo. Esta escritura, heredera directa del antiguo líbico, dotaba de un marcador distintivo a la civilización amazigh frente a sus colonizadores que también contaban con sus propias escrituras; la árabo-musulmana con la grafía árabe y la europea occidental con el alfabeto latino. Así, decidieron unificar las variantes del tifinagh adaptándolo a la escritura moderna creando el Neo-tifinagh. De esta escritura, la letra zeta que se ubicada en el centro de la palabra 'Amazigh', llamó la atención por su forma y se le asoció el significado de “hombre libre” del mismo modo que a la palabra. Se empezará a usar como logo en los documentos de la Academia y en multitud de representaciones artísticas, artesanales y reivindicativas. 

Logo de la Académie Berbere-Agraw Imazighen con inscripción en Neotifinagh usando ya la zeta como emblema central en los años sesenta del siglo pasado.

"La escritura, heredera del antiguo líbico, dota de un marcador distintivo a la civilización amazigh frente a sus colonizadores."

Otras aportaciones simbólicas de la Academia fueron la re-significación del Yennayer como Fin de Año Amazigh con su correspondiente calendario, la recuperación de los nombres amazighes, la asunción y promoción de la vieja denominación ‘amazigh’ para los bereberes en general. 

A partir del activismo de la Académie Berbère y la difusión de la escritura neotifinagh, la zeta se difundiría entre activistas berberistas argelinos, marroquís, canarios y el resto de grupos amazighes del mundo, especialmente a partir de la década de los años ochenta. En la actualidad, es de uso oficial en Argelia y Marruecos, y ampliamente difundido en Libia, Túnez, Canarias así como en las propias tierras tuaregs en el Azawad (norte de Mali) y Ayr (norte de Níger). 

La zeta en Canarias 

Zeta en un estandarte de la bandera canaria lucido en una manifestación en Las Palmas en el año 2010. Foto: Desconocido/a.

La zeta llega a Canarias de mano de militantes nacionalistas canarios desde la década de los años ochenta. El líder independentista canario, Antonio Cubillo, conocería en Argelia a Mouloud Mammeri, escritor, antropólogo y lingüista referente cultural y político del movimiento amazigh. Cubillo reconoció que la amistad con Mammeri le ayudaría a tomar conciencia amazighista pues los guanches eran parte de estas etnias norteafricanas. Prueba de ello fue la adopción de este símbolo como emblema del partido político Congreso Nacional de Canarias fundado por Cubillo en 1985 ya de vuelta a nuestro país, que posteriormente se difundiría en ámbitos de la cultura nacional junto a la simbología de las pintaderas canarias. 

La zeta fue usada como emblema del partido político independentista Congreso Nacional de Canarias creado en el año 1985 con el retorno de Antonio Cubillo al país. Foto: Archivo personal de Antonio Cubillo facilitada por Zebenzuí Trujillo y publicada por Josué Ramos Martín.

Sin embargo, a diferencia de la simbología de las pintaderas o grabados, la zeta amazigh no ha experimentado la misma difusión o peor, se confunde en ocasiones con el Indalo de Almeria que nada tiene que ver con Canarias. Por si fuera poco, se le ha estigmatizado al asociarse a un movimiento político concreto, el independentismo, cuando se trata de un símbolo identitario y no necesariamente político. 

Ciertamente, se ha argumentado que este emblema no ha aparecido en los grabados canarios y que, por tanto, no es propio de Canarias. Esta afirmación parte de la premisa de que las culturas originarias del Archipiélago no eran amazighes o que, aunque lo eran, esa continuidad se quebró por la colonización europea y los canarios actuales somos españoles o europeos, sin mácula africana.

"Un sector de la sociedad canaria, a pesar de los prejuicios racistas y euro-céntricos dominantes, se identifica con el emblema amazigh".

Esta perspectiva excluyente de nuestras raíces amazighes (guanches y moriscas) es impugnada desde hace décadas por sectores de la sociedad canaria más sensibilizados y consciente de su herencia. Entendemos que nuestra herencia biológica y cultural originaria forma parte de la Canariedad por lo que existe una continuidad hasta nuestros días. Esto explica que un sector importante de la sociedad canaria, a pesar de los prejuicios racistas y euro-céntricos dominantes, se identifique con el emblema común de los pueblos amazighes. 

Es tan legítimo como el resto de pueblos amazighes que tampoco hicieron uso de la forma de esta letra en la antigüedad y la han adoptado como su emblema. Y es que gracias a los tuaregs, único de nuestros pueblos que conservó y desarrolló nuestra escritura ancestral, se ha hecho posible una continuidad que nos ha permitido rencontranos en torno a una letra que es más que un caracter. Una letra que ya es todo un símbolo de existencia y libertad. 

 REFERENCIAS
  •  Bessaoud, Mohand-Arab. (2000) Des petites gens pour une grande cause. L'histoire de l'Académie berbère. 
  •  Boumekla, Madjid (2016). L’académie berbère renaît de ses cendres. Kabyle.com 
  •  Brève histoire de l’Académie berbère. Le Matin d’Algérie 
  •  Ramos – Martín, Josué. L’identité amazighe aux Canaries : l’historiographie des origines. 
  •  Redjala, Ramdane. (1994). Le long chemin de la revendication culturelle berbère. Hommes & Migrations

12 ago 2024

Canaria ¿es un nombre latino o amazigh?

Mapa elaborado por Tomàs López. Año 1780.

Rumén Sosa. Tradicionalmente se ha asignado un origen latino al término Canaria, sin embargo la verdadera etimología no parece clara. Las hipótesis son diversas ya desde hace siglos pero se podrían clasificar en dos tipos; las que adjudican un origen exógeno al vocablo y las que la consideran un término autóctono utilizado por la propia población indígena para autodenominarse. 

Teoría de los perros o las focas monjes 

Esta se basa en el considerado primer documento conocido que parece hacer referencia al archipiélago escrito por Plinio El Viejo en el siglo I. Este historiador latino recogió en su obra informaciones de la expedición impulsada por el rey Juba II de Mauritania (actual norte de Marruecos) que llegó a las islas en el 40 a. C. En este escrito se hace referencia a unas Fortunatae Insulae (Islas Afortunadas) nombrándolas individualmente con términos latinos, entre ellas una Canaria que parece referirse a la actual Gran Canaria. 

Según Plinio, esta denominación fue dada en memoria del "gran número de perros (canes) de enorme tamaño, de los cuales le fueron llevados dos a Juba", es decir, que capturaron y se llevaron a Mauritania. Por tanto, la etimología tendría relación con estos perros siendo tan aceptada esta versión que incluso fueron incluidos en el diseño del escudo de Canarias. 

Escudo de Canarias en la obra de Viera y Clavijo (Siglo XVIII) que incluye la figura de los perros legendarios.

El historiador José Juan Jiménez plantea que los canes a los que se refería Plinio no podían ser perros pues las islas según él estarían aún deshabitadas. Por ello, considera que debieron referirse a los cannis marinus, es decir, una especie de foca monje de gran tamaño que pobló las costas del Archipiélago hasta el siglo XV. Esto se podría apoyar además en que, según los hallazgos arqueológicos, los canarios no contaban con perros de gran tamaño. 

Teoría de los canarios continentales 

Plinio también mencionó en otro texto a un grupo norteafricano denominado “canarios” (canarii en latín) en la vertiente oriental de la Cordillera del Atlas, cerca del Río Guer. Sin embargo, Plinio vuelve a relacionar el término con los canes (perros) ya que "habitan las regiones más próximas llenas de elefantes, fieras y serpientes de todo tipo” y por eso “son llamados canarios, puesto que su régimen no se distingue del de los perros y comparten con estos animales las entrañas de las fieras". 

Abreu Galindo a finales del siglo XVI también hace referencia a esta población y señala que pudo ser la que dió nombre a las islas: “En las faldas del Monte Atlas, en África, hay unos pueblos que llaman los naturales de aquella región canarios; y podría ser que el primero que descubrió esta isla fuese de aquellos pueblos, y a contemplación de su tierra la llamase Canaria…”. Esto parece coincidir con una gran tribu denominada Kannurieh -posible variante arabizada de Canaria- que señaló el geógrafo árabe Acharif El-Idrissi que habitaba la zona sur del Río Num a cien kilómetros al norte del Río Draa. 

Para Jose Juan Jiménez, también este pueblo bereber pudo asentarse en la isla de Gran Canaria posteriormente en el siglo I tras rebelarse a los romanos y ser deportados por ellos. Aunque las islas fueran denominadas “Canarias” por la foca monje, con el envío de los canarios continentales a Gran Canaria se relacionarían ambos nombres progresivamente. 
"El pueblo bereber de los canarios pudo haberse asentado en la isla de Gran Canaria en el siglo I"

Poblaciones norteafricanas próximas a Canarias nombradas por los romanos en el siglo I a.C. según M. Rachet sobre un mapa físico actual de Google Earth. Se observa los canarios (canarii) en la actual región de Tafilalt.

Dudas sobre la procedencia latina 

 Una lectura crítica de las fuentes ponen en cuestión las teorías convencionales y nos interpela rehuir de un papel pasivo de la población autóctona o, al menos, intentar valorar la posibilidad de un mayor protagonismo de la misma teniendo en cuenta el sesgo eurocéntrico de las fuentes que conocemos. 

Las supuestas etimologías latinas generan serias dudas ya que supondría que desconocemos cómo se autodenominaba la población originaria de Gran Canaria así misma o a la isla. Un motivo de ello es que, a diferencia del resto de islas y por algún extraño motivo, ningún cronista lo documentó. Por si fuera poco, algún historiador defiende que no se autodenominaron de ninguna manera ¿pudo ser esto posible? 

"La etimologías latina genera dudas ya que supondría que desconocemos cómo se autodenominaba la población originaria de Gran Canaria"

 Una serie de hechos nos hace poner en duda estas hipótesis:

 En primer lugar, la etimología de Plinio ha sido cuestionada por los historiadores ya que no conocemos más referencias en los textos clásicos sobre este significado. Este pudo haber sido una interpretación fruto de la imaginación del autor siendo una falsa etimología como señalaron J. Desanges y G. Marcy. Este último advierte de que existe una tendencia de Plinio a la etimología popular por juegos de vocablos, habitual en la época. 

 En segundo lugar, conocemos la denominación indígena de todas las islas y de sus poblaciones (exceptuando el caso de La Palma donde conocemos el nombre de la isla pero no poseemos fuentes directas del nombre de la población). Sin embargo, no nos han llegado en uso alguno los otros nesónimos con los que supuestamente los romanos habrían bautizado al resto de islas como Capraria, Nivaria, Junonia, Pluvialia, Ombrion o Planasia

"La etimología de Plinio ha sido cuestionada por los historiadores."

Mapa de Benedetto Bordone (1534) donde aparecer algunas islas con el nombre supuestamente puesto por los romanos: 'Ombrio', 'Iunone', 'Ninguaria'...

Además, resulta llamativo que un territorio insular y población tan delimitada no identificaran la isla ni a sí mismos con ningún tipo de denominación. Existen casos raros en el mundo donde por su excepcional aislamiento se autodenominan de manera muy genérica como “nosotros” o “gente”, y aún así se trataría de una denominación específica en su lengua. La inexistencia de un nombre indígena de la isla es altamente improbable ya que se observa casi diariamente las islas vecinas y en otros contextos insulares del mundo desconocemos casos específicos en que la población indígena no usara ninguna denominación para la isla que habita y las vecinas. 

Por último, si existió y no nos ha llegado también es inaudito tratándose de uno de las poblaciones isleñas más conocidas por los propios conquistadores y colonos europeos, siendo partícipe de las conquistas de La Palma y Tenerife. Una población que cuya élite se vinculó fusionó con conquistadores y colonos destacados. 

 ¿Qué nos dice la lengua amazigh? 

Para Desanges, aunque Canaria y canarius pueden derivarse en apariencia del latín canis, no debe resultar la prueba definitiva para excluir un posible origen líbico-bereber del término que los romanos pudieron interpretar de manera arbitraria.  En lo que respecta a las fuentes contemporáneas o próximas a la conquista tampoco aclaran la cuestión con nitidez. Pero si el nombre fuera autóctono ¿podría haber alguna etimología en amazigh que lo explicara? 

 En la vecina costa continental, los actuales hablantes de amazigh de la región de Sus (variedad Tachelhit), en el sur de Marruecos, poseen una curiosa etimología popular que considera el nombre de Canaria vendría del término aknari y taknarit, es decir, el 'tuno, higo pico' y la 'tunera' o 'chumbera'. Como bien aclara el linguista marroquí Ahmed Sabir, esto no puede ser así pues esta especie vegetal proviene de América y entraría a esta región vecina a través de nuestro Archipiélago por lo que el nombre de esta planta vendría de Canarias y no a la inversa. 
El tuno o higo pico (aknari) es un fruto muy apreciado en las llanuras del Sus, especialmente en la costa al sur de la región donde existen numerosos cultivos y elaboración de productos derivados como esta mermelada.

Sin embargo, hace ya más de dos décadas que el investigador tinerfeño Ignacio Reyes García señaló la raíz consonántica amazigh KNR y NR como posible origen de nuestro gentilicio. En efecto, en esta raíz hallamos las voces eḳǎnǎr o eḳănnăr, que actualmente están vigentes en las hablas tuaregs meridionales con el significado de ‘frente’ y por extensión ‘frente de combate’. De esta raíz también se deriva el nombre personal Akănaru y el verbo səḳḳənnər ‘conducir al frente del ejército’ o ‘ponerse al frente del ejército’. 

Reyes García señala también la cita de Diego Gomes Sintra (siglo XV) que afirma que "Los hombres naturales de Gran Canaria, idólatras, son hombres corpulentos y, algunos entre ellos, se llaman guerreros". Además, el mismo autor, resalta algunas fuentes que emplean el término "Canariote", que considera que podría ser la castellanización de Kanar-at 'los hijos o tribu de Kanar'.

Con todo, nos urgen las siguientes preguntas; ¿Podría remitir a un significado autopercibido de la población autóctona como destacados guerreros por su valentía ya que son vanguardia en el ‘frente del combate’? ¿Es posible que este término amazigh diera lugar a un nombre autóctono que fuera latinizado como canarius plural canarii y posteriormente castellanizado como canario(s) en nuestro país? ¿El nombre autóctono de la isla y su población provendría de ese pueblo continental o surgiría en la isla posteriormente? 

«Llamáuase Guana[rtheme, díjole Silva] con afectos tristes lo mal que lo hacían los [canarios; respondióle] lo mui peor i cruelmente que ellos lo hauían echo [con los canariotes] [que así] se decían […]» 
                                                                                [Gómez Escudero (ca. 1484) 1993: 388]. 

«Por la Ethimologia del nombre de Canarios, que en esta Ysla de Canaria ensi mismos eran llamados Canariotes» 
                                                                                                            [Marín 1694, III, 5: 95v]. 


Montaje hecho a partir del dibujo de Leonardo Torriani (s. XVI) de una lucha entre canarios con las letras líbico-bereberes KNR  de abajo hacia arriba
"¿Podría remitir a un significado autopercibido de la población autóctona como destacados guerreros por su valentía?"
Conclusiones 

Consideramos que hay argumentos suficientes para cuestionar la tan arraigada teoría del origen latino del nesónimo Canaria. Las dudas persisten ya que las informaciones históricas que tenemos son limitadas y contradictorias. 

Si conociéramos una denominación diferente a 'Canaria' para la isla y su población - todo parece indicar que Tamarán es un término falso – la teoría del étimo latino poseería una mayor solidez. Sin embargo, la ausencia de un término alternativo para la isla redonda, a diferencia de otras islas, nos obliga a valorar la posibilidad ya planteada por Desanges y Reyes García de que se trate de un término autóctono en lengua amazigh. En efecto, desde la propia lengua norteafricana existen términos que podrían reinterpretar una posible etimología autóctona.


REFERENCIAS

  • Jimenez González, J. (2014). La tribu de los Canarii. Arqueología, Antigüedad y Renacimiento.
  • Reyes García, I. (2011). Diccionario ínsuloamaziq.
  • Reyes García, I. (2000). Sobre el origen del nombre Canaria.
  • Sabir, A. (2008). Las Canarias Prehispánicas y el Norte de África. El ejemplo de Marruecos. Paralelismos Lingüísticos y culturales.


Curso de Lengua Amazigh en Gáldar


IẒUṚAN. En mes de agosto se celebró en la vieja ciudad de Gáldar el curso "Introducción a la lengua amazigh y su relación con Canarias" impartido por el Doctor en Historia Rumén Sosa Martín. Este curso fue impulsado por la Asociación Patrimonial Attidamana y organizado por la Universidad Popular de Gáldar con el apoyo del Ayuntamiento de Gáldar

En una intensa semana se abordó, por un lado, una introducción teórica sobre la lengua amazigh y sus variedades (historia, situación actual, etc), nociones generales del sustrato conservado en Canarias así como los problemas y oportunidades que presenta. Por último, se esbozaron unas nociones generales de la lengua en sus aspectos fonéticos, morfológicos y gramaticales en general. El curso contó con la colaboración del joven lingüísta cabilio Masinisa Garaoun y tomó como referencia la variedad dialectal tachelhit, si bien se partió de un método didáctico contextualizado en Canarias.

 

                                   

19 jul 2024

La Soga de Tarucho ¿una leyenda guanche?

Montaje de Marcos Reyes Díaz en Patrimonio Lingüístico de Canarias.

IẒUṚAN. El Roque de Tarucho se ubica en el término de Masca en el extremo noroeste de Tenerife, parte del antiguo Menceyato de Daute y del actual Parque Rural de Teno. Esta zona tradicionalmente aislada se caracteriza por los profundos barrancos que la surcan, los impresionantes desniveles y su lejanía de los centros de poder.

Como nos muestra la arqueología, son numerosos los vestigios de la vida de los viejos guanches, destacando las Cuevas de Los Guanches y la estación de cazoletas y grabado soliforme del Pico de Yeje. Tras la conquista de la isla se repartieron tierras en Masca, especialmente entre canarios y guanches, destacando el caso del Mencey de Adeje. Su ailamiento le ha favorecido para preservar una herencia guanche significativa; toponimia (Aca, Acara, Chabique, Chagüido, Cherfe, Guergue o Yeje), léxico, modos de vida, costumbres y tradiciones.

 Roque Tarucho y su leyenda

Con sus 1051 metros del altura, el Roque Tarucho domina el entorno de Masca pudiendo contemplarse desde su cima tanto la vecina isla de Gomera como La Palma. En el siglo XIX, el intelectual tinerfeño José A. Alvarez Rixo lo describe como "un disforme cerro, el cual conserva el nombre guanche de Tarucho, cuya extraordinaria configuración admira al que le ve la vez primera, porque parece amenazar aquel recinto: pero en todas las convulsiones de esta Islas se ha mantenido como los demás fundamentos de ella: y su parte inferior, que es la que puede serlo, está industriosamente cultivada. Cuando se levanta el sol a sus espaldas, es dignísimo de ser observado por cuantos aficionados a la pintura se recrean en ver los juegos y caprichos que la naturaleza forma con los claros oscuros en particulares posiciones". 

En 1980, los investigadores Jose Manuel Espinel Cejas y Francisco García-Talavera Casañas, recogieron de octogenarios de Masca la creencia de sus mayores que, cuando ellos eran pequeños, les aseguraban que el Tarucho estaba amarrado con una soga de junco pues podía caerse. En consecuencia, les explicaban que todos los años durante las fiestas le cambiaban la soga. Por su parte, esta idea también la recogía en un romance Doña Bernarda Díaz (82 años de edad en 1980) que consideraba “cosa de los viejos de antes”: 

 «Tarucho está amarrado con una soga de junco
 y todos los años le enseñan la soga 
y no les enseño el lazo porque soy ciega 
y por detrás está amarrado a una sabina.» 

Como bien señalaron los mencionados investigadores, en esta leyenda probablemente ya reducida a “cosa de risa” a finales del siglo pasado, se aprecian ecos de lo que pudo ser la creencia animista bien documentada del culto a las cimas entre las antiguas poblaciones amazighes tanto de Canarias como del Continente. 

Vista del Tarucho desde la Ermita de Masca construída en el siglo XVIII.
Foto: Ayuntamiento de Buenavista del Norte.

El culto a las cimas podría relacionarse con la creencia en el Axis Mundi, común en numerosos pueblos de la antigüedad de cultos animistas. Se trata de la creencia en la existencia de puntos de conexión entre el cielo y la tierra. Considerados el “centro del mundo” suelen tener forma de algo natural (montaña, árbol, fuego o tallo) aunque también artificiales (torre, pilar, cruz, campanario, cuerda, aguja…). Sin embargo, el axis mundi es una idea por lo que no existe una contradicción por estar representada en múltiples lugares. Esto podría explicar el temor a que estas elevaciones, cuando se trataba de roques, cayeran pues serían el soporte del mundo. Esta concepción animista quedó bien documentada en la isla de La Palma en relación al Roque de Idafe: 

«Y tenian tanto temor no cayese y los matase, que no obstante que aunque cayera no les podia dañar por estar las moradas de ellos muy apartadas; por solo el temor acordaron que de todos los anímales que matasen para comer diesen aYdafe (...) » 

                                                                                                Abreu Galindo (1590)


Significado de Tarucho 

Espinel Cejas y García-Talavera propusieron la traducción de “ésta se cae” sin citar la procedencia. Trapero propone que pudiera ser un compuesto de taro + el sufijo despectivo español. Sin embargo, se decanta por ser un topónimo enteramente guanche al tratarse de un roque. Taro es un canarismo en desuso propio de Tenerife pero vigente aún en Lanzarote y Fuerteventura, sin embargo como veremos, podría guardar relación. 

Definición



          Taro


1. Armazón hecho con cuatro cuerdas pendientes del techo de la casa, que sirve de sostén a tres o cuatro andamios o cañizos sobrepuestos y que se usaba especialmente para curar los quesos.

2. Torre circular de piedra seca y sin argamasa, que se usaba para conservar las legumbres, curar los quesos, refugiarse el pastor, etc., o bien para vigilar desde los sitios altos.

Fuente: Diccionario Histórico del Español de Canarias


Dibujo: Miguel Ángel Brito.

Sorprende que este sentido guarde relación con las cuerdas que sostienen, lo que nos hace preguntarnos ¿Es la tradición la que explica el nombre de nuestro roque o a la inversa? ¿La leyenda es precolonial o producto de una etimología popular más reciente por parecido al término taro

Taro es considerado por el DHEC como de "posible origen prehispánico" ya que puede haber dudas razonables. Sin embargo, como ya señaló Ignacio Reyes García, la lingüística comparada con el amazigh continental nos aporta un término coherente para dilucidar la etimología de taro. A partir de la raíz R-W, encontramos una voz vigente en el dialecto tuareg de tawəlləmmət de los iwəlləmmədan: 

 aṛǎwa  plu. iṛǎwatǎn

'Cuerda o tira delgada de cuero, correa (p. ej. atadura o sujeción el tambor)'

tǎṛawit  plu. šiṛiwa 

'cuerda de cuero' 

Fuente: Dictionnaire Touareg – Français (Níger). Prasse, K-G.


En nuestra opinión, lo mismo ocurre con Tarucho pudiendo ser la leyenda la confirmación de la etimología. El posible sufijo -ucho podría deberse también a una palatización de la T final que, aunque sea un cambio fonético menos frecuente que el aplicado al demostrativo inicial, parece estar presente en algunos otros topónimos del país como los gomeros Tagamiche, Taganche o Tagulache. 

Conclusión 

Salvo honrosas excepciones, las fuentes orales han sido tradicionalmente despreciadas por los investigadores. Como resultado, las pesquisas etnográficas puntuales realizadas en las últimas décadas parecen vislumbrar un panorama desolador pues nos hacen inferir las múltiples leyendas de la oralidad que agonizan o deben haberse perdido definitivamente. Como en esta ocasión, estas pueden ser útiles para trabajar en hipótesis como la nuestra que ayudan a interpretar un topónimo y una posible continuidad de concepciones animistas en la cultura popular. En cualquier caso, estas notas no dan por concluido el estudio sobre Tarucho y su leyenda. 

Quisiéramos agradecer al historiador Marcos Reyes Díaz habernos mostrado el topónimo e infundido el interés por el mismo. 

 REFERENCIAS:

14 jun 2024

Ahmed Sabir "Debemos reconocer sin complejos nuestros paralelismos"

           

IẒUṚAN. El lingüista hispanista marroquí Ahmed Sabir (Inezgane, 1952), se ha interesado por la lengua y cultura guanche desde hace más de veinte años. En Canarias es conocido por su obra Las Canarias Preeuropeas y el Norte de África. El ejemplo de Marruecos. Paralelismos Lingüísticos y Culturales (2001), donde compara elementos culturales y lingüísticos canarios con los de su región natal de Sus en el vecino sur marroquí. 

 Este antiguo decano y profesor de español en la Universidad Ibn Zohr de Agadir, impartió una conferencia recientemente en las XXX Jornadas Educativas de Patrimonio y Escuela celebradas en La Aldea de San Nicolás (Gran Canaria) y promovidas por la Fundación Canaria Proyecto Comunitario de La Aldea. Esta versó sobre las similitudes de la tradición de los Carneros de Tigaday (El Hierro), el Carnaval tradicional de La Aldea (Gran Canaria) y Los Bilmawen de la región del Suss

 Ahmed Sabir comparte la opinión del historiador Francisco Tejera Gaspar sobre el poblamiento de Canarias a través de una deportación romana que, como sabemos, es una de las hipótesis propuesta sin ser esta un tema aún cerrado por la investigación científica. Muy interesante son sus observaciones sobre lo común que se conserva entre la cultura y lengua amazigh de Canarias y su región natal señalando que "Sin complejos tenemos que reconocer estos paralelismos, porque forman parte de nuestra identidad cultural, desde el punto de vista patrimonial".

 Para Sabir, urge que los expertos investiguen esta temática "para salvar lo poco" que ha sobrevivido hasta nuestros días de ese acervo común. Además del paralelismo evidente entre las celebraciones carnavalescas más antiguas de canarias y las continentales, destacó las existentes entre la alimentación tradicional (como el gofio) o la toponimia. 

 Video: 

 Dirección: Programa EnSeñas Patrimonio. 
 Guion, imagen y edición: Vicente Perez Luis

5 jun 2024

Antonio Macías “Que los canarios eran bereberes es mentira”

Foto: ull.es

IẒUṚAN. Así de tajantemente se ha mostrado el Catedrático de Historia Económica de la ULL Antonio Macías Hernández que considera que “lo que se dice sobre el aborigen canario es un desprecio a su cultura”. Según este autor, “lo que se ha escrito sobre los aborígenes canarios carece de profundidad científica”. En una reciente entrevista, el especialista asegura que en su recién publicado libro “Los aborígenes canarios. Tres milenios de Historia” explica “el origen y desarrollo de los primeros pobladores de las Islas no tiene nada que ver con la versión oficial” que califica de “tópicos”. 

 La entrevista

Macías hace observaciones interesantes para el debate como su enfoque archipielágico frente al insularismo o la crítica a que los cambios socioeconómicos sean necesariamente a causa de agentes externos. En efecto, podría compartirse la discusión con una visión difusionista que corre el riesgo de negar a los antiguos isleños su capacidad creativa e innovadora. Otro aspecto de interés es su crítica a la genética haciendo hincapié en el bagaje cultural, planteamiento razonable y que ya hemos abordado en IẒUṚAN

Sin embargo, no pasa desapercibido el carácter taxativo de sus declaraciones. El autor afirma pretender romper con una “serie de ideas” generada por ya varias generaciones de investigadores en diversas disciplinas que han trabajado sobre la historia antigua de Canarias. Estas ideas, según él estarían “lastrando y haciendo un flaco favor a la cultura aborigen canaria”. 

No obstante, sorprende sus propias declaraciones en las que encontramos datos erróneos y contradictorios. Por ejemplo, su afirmación de que el 40% de los europeos posee ADN neandertal cuando esto se extiende al 100% de estos, aunque eso sí, en un porcentaje muy bajo entre el 1% y 2%. Del mismo modo llama la atención lo que parece una contradicción pues mientras que critica que se considere a las antiguas sociedades canarias como “prehistóricas” las califica de “neolíticas” y “protohistóricas” sin hacer mención alguna, por ejemplo, a la práctica de la escritura ¿será porque es líbico-bereber? 

"Mientras que critica que se considere a las sociedades canarias “prehistóricas” las califica de “neolíticas"

“No son amaziges porque vienen del Sáhara” 

Que un periodista que no es especialista en Historia considere la filiación bereber de los antiguos canarios como “teoría” es del todo comprensible. Pero que un investigador de la talla de Antonio Macías descalifique la evidencia científica de “mentira” resulta como mínimo llamativo. 

Sin embargo, deja de sorprender tanto cuando seguidamente nuestro autor confunde conceptos y hace afirmaciones erróneas que, si no se debe a una manipulación torticera del periodista, evidenciaría su completo desconocimiento el mundo amazigh. 

En efecto, Macías afirmó que “Los amazig es una cultura moderna y el bereber es un concepto también moderno” lo que resulta incongruente pues ambos términos son sinónimos y bastantes antiguos; el primero es autóctono apareciendo incluso en fuentes romanas, siendo el segundo exógeno derivado del griego y latino bárbaro y que fue utilizado posteriormente por los árabes para llamar a la población autóctona del Norte de África. Tras esto, aseguró que “la cultura bereber no ha existido nunca” ya que “es un nombre genérico que no corresponde a una cultura”. Solo una estrecha mirada presentista podría explicar la incomprensión de la riqueza y variedad de las culturas humanas minorizadas que nunca han contado con un estado propio. Y es que según su premisa, ni los celtas, ni los germanos, ni los nórdicos, ni los eslavos, ni los italianos, ni los árabes, por ejemplo, habrían existido nunca pues tampoco son culturas homogéneas sino conjuntos de pueblos emparentados cultural y lingüísticamente. 

Anciana amazigh de Matmata (sur de Túnez) moliendo gofio con el molino de mano en el interior de su cueva. Foto: Desconocido/a

Por si no fuera poco, Macías señaló que “el amazig son los tuaregs, pero no tienen que ver con los bereber. Es una cultura reciente”. ¿Cómo no van a tener que ver si bereberes y amaziges son sinónimos? ¿Acaso los tuaregs no hablan dialectos bereberes y son étnicamente bereberes? ¿Acaso los imazighen del Atlas central o los cabilios tampocos son amaziges? ¿Es una “cultura reciente” la cultura autóctona del Norte de África desde los albores de la antigüedad? 

Pero entonces, ¿qué eran los “aborígenes” según Macías? Pues "saharianos" y su procedencia estaría en el Sáhara que, según él, no estaría en el Norte de África. No aclara si estaría ubicado en el centro o sur de África pero señala que es muy diferente a la Cordillera del Atlas. Estos “saharianos” serían “otra gente, otra cultura y otro diálogo con los dioses” y habrían sufrido la desertización de un antiguo Sáhara verde hace 8.000 años, lo que explicaría la migración a nuestro archipiélago. 

Esto debe explicarlo mejor pues el territorio sahariano estuvo poblado desde la antigüedad en su mayor parte por pueblos amaziges. Aún hoy en el Sahara Central existen los tuaregs, pero no los únicos, ya que en la actualidad podemos encontrar otros grupos étnicos amaziges como los mozabitas, zanagas o habitantes oasis argelinos, marroquís, libios y el de Siwa en Egipto, todos ellos en el Desierto del Sahara. 

Detalle del Mapa del francés Guillaume de L'isle (año 1700) donde se puede apreciar topónimos como Barbarie (Berbería), País de los Bereberes y el 'Desierto de los Bereberes' para hablar del Sáhara. Un ejemplo más de la antigüedad del término bereber y su aplicación a todas las poblaciones autóctonas del Norte de África ya sean del Atlas o del desierto del Sahara.

Conclusión 

Además de imprecisiones y errores, leemos estupefactos afirmaciones categóricas y contradictorias de un investigador que consideramos serio y riguroso. Consideramos, desde el respeto a su labor historiográfica en el ámbito de la economía y la demografía canaria, que la falta de prudencia le ha jugado una mala pasada. 

A nuestro juicio, los únicos tópicos e incluso “mentiras” son aquellas que aún se escuchan en pleno siglo XXI sobre un supuesto desconocimiento absoluto sobre el pasado precolonial del archipiélago. Esta literatura del “eterno misterio” y de “ecos de leyenda” que envuelven el pasado isleño inciden en estas visiones exotizadas de unas “poblaciones primitivas” de las que no podría saberse nada más allá de “teorías”. Todo ello aderezado con un alarmante déficit de formación integral canaria en todos los niveles educativos, sí que hace un "flaco favor a la cultura aborigen canaria". Si bien existen desafíos historiográficos obvios como dilucidar las fechas precisas del poblamiento humano o el cómo y por qué de la llegada de poblaciones norteafricanas a Canarias, sí atesoramos un importante conocimiento sólido y contrastado fruto de más de un siglo de pesquisas científicas.  

 "La etnicidad amazig de la población originaria canaria es un consenso científico"

Detalle de panel epigráfico en escritura líbico-bereber del yacimiento arqueológico de Las Toscas del Guirre (La Gomera). Foto: Desconocido/a.

En efecto, la etnicidad amazig de las poblaciones precoloniales es un consenso científico nacional e internacional fruto de más de un siglo de investigaciones históricas, arqueológicas, antropológicas, lingüísticas, etnográficas a las que se sumarían, estas últimas décadas, las evidencias genéticas. ¿Es esto a lo que llama Macías la “versión oficial”?  No obstante, esta etnicidad hay que contextualizarla cronológicamente y en su realidad insular huyendo de interpretaciones presentistas entendiendo que los amaziges actuales no son iguales que los de hace dos milenios. 

Macías considera que las certezas que tenemos son “mentiras” y "tópicos" a la vez que él mismo denomina “aborígenes neolíticos” a la población originaria.. Además lo hace poniéndose en evidencia luciendo un profundo desconocimiento del mundo amazig del que los antiguos isleños formaron parte. Esto nos lleva a preguntarnos retomando sus propias palabras ¿quién es el que está realmente despreciando la cultura de nuestros/as antepasados/as?

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