El ganado. Foto: Rumén Sosa Año 2018 |
Rumén Sosa. Canarias es un país conocido mundialmente por el carnaval urbano de sus capitales Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas. Sin embargo, este archipiélago cuenta con un patrimonio carnavalero tradicional en algunos casos con un origen ancestral e incierto. Es el caso de Los Carneros de Tigaday en El Hierro, Los Diabletes de Teguise en Lanzarote, o el Carnaval Tradicional de La Aldea en la isla de Gran Canaria. De este último hablaremos en esta breve reseña.
Los Carnavales son una fiesta controvertida y ancestral que hunden sus raíces en el mundo pagano mediterráneo y que, según los especialistas, tuvieron gran difusión en el marco del Imperio Romano que se extendía por toda cuenca Mediterránea, incluyendo toda la franja marítima del Norte de África. Sobre esta festividad en Canarias contamos con escasa información aunque parece haber llegado a Canarias de mano de la colonización europea a partir del siglo XV y XVI. La complejidad de esta festividad radica en su diversidad y múltiples influencias que parecen venir más allá del mundo latino. En consecuencia, algunas de estas festividades pudieron verse influenciadas en las Islas por otros grupos étnicos que conformaron nuestro pueblo como los indígenas o moriscos. Algunas manifestaciones tradicionales muestran algunas semejanzas en el sur de Europa y el Norte de África.